domingo, 21 de febrero de 2021

2021-El Almirante David Jewett y sus descendientes

 

EL ALMIRANTE DAVID JEWETT Y SUS DESCENDIENTES                                                      

                                                     Eduardo C. GERDING

                       Por tu coraje frente a las tribulaciones, por tu alegre disposición frente a los sucios ardides de este mundo, te has ganado el cariño de todos aquellos que te han estado observando.

                                                                   Guy Chapman (A Passionate Prodigality, 1933)



                            Almirante David Jewett (1772-1842)

David Joseph Jewett  nació el 17 de junio de 1772 en North Parish, New London, Connecticut   ( EE.UU. ) siendo su padre el Dr. Hibbard Jewett ( 1745-1814 ) y su madre Patience Bulkley  ( 1749-1880 ). Descendía de Joseph Jewett, quien había emigrado de Yorkshire ( Inglaterra ) en 1638, y se había establecido en Rowley, Massachussetts ( EE.UU. ). Dos de sus hermanos Charles y George también sirvieron en la Armada de EE.UU.

 

La corbeta Trumbull

El Trumbull fue botado en los astilleros de Jedediah Willer en Norwich entre las 10 y las 11 de la mañana del 26 de noviembre de 1799 bajo “ la aclamación de miles de espectadores” . Para el 19 de febrero de 1800, la corbeta Trumbull estaba totalmente tripulada siendo su comandante David Jewett de  New London quien había recibido elogiosos comentarios de la prensa local. La corbeta Trumbull capturó a su primera presa, la goleta francesa Peggy de seis cañones con un cargamento de 35 toneladas de café, 70 barriles de azúcar y una tripulación de once hombres. El 6 de agosto de 1800 el Trumbull  capturó a su segunda presa, una goleta pequeña llamada Tullie. El 23 de marzo de 1801 el Secretario de Marina le envió instrucciones al Capitán Jewett para que abonara los jornales y diera de baja a la tripulación del Trumbull. El 28 de agosto de 1801 , la corbeta Trumbull fue vendida en la  Tontine  Coffee House de New York por  U$S 26.500.00.


El Acta de Paz

El 3 de marzo de 1801, bajo las directivas del tercer presidente de EE.UU, Thomas Jefferson, e invocando razones económicas, se redacto el Acta de Paz  (reduciendo las tripulaciones en un 60 por ciento) aboliéndose el rango de Master Commander que ostentaba David Jewett. Este ultimo fue dado de baja el 3 de junio de 1801.

Nota:

Después de la Guerra de Independencia la marina británica redujo su personal de 110.000 a 26.000 hombres. Cientos de hombres quedaron sin trabajo. Aproximadamente veinte se alistaron en la marina rusa cuyo Almirante más antiguo era el escocés Samuel Greig.


Los corsarios y la Guerra de 1812

Durante la guerra de independencia de los Estados Unidos, los barcos de la marina continental capturaron 196 presas británicas en tanto que las naves corsarias capturaron por lo menos 600.En la Guerra de 1812 hubieron 526 navíos de EE.UU. comisionados como barcos corsarios. Los corsarios tenían un código de conducta. Nunca disparaban un tiro amparados bajo un pabellón  falso.  Se procuraba más la captura que la destrucción.

Durante la Guerra de 1812, el costo total de construir una goleta de 200 toneladas , proveerla de armamento y dotarla de tripulación era de aproximadamente U$S 40.000. Los oficiales y la tripulación percibían la mitad de las ganancias obtenidas de la venta de los buques capturados y su carga, la otra mitad la recibían los propietarios de las naves. En 1856 la Declaración de Paris firmada por siete naciones marítimas prohibió las acciones corsarias precipitando el fin de las mismas.

Jewett comandante nominal de la marina chilena

El 20 de septiembre de 1814, el General José Miguel Carrera y Verdugo designó a David Jewett como Comandante en Jefe de la marina chilena. El nombre de Jewett le había sido sugerido por Joel Roberts Poinsett Cónsul de los EE.UU. en Buenos Ayres y por el  Comodoro David Porter de Boston comandante del USS Essex. El Comodoro Porter, era un valiente oficial de la marina de EE.UU. quien el 28 de marzo de 1814 en inferioridad de condiciones en hombres y armas perdió, en medio de un temporal, un combate en Valparaíso frente a los buques británicos Phoebe y Cherub. El General Carrera y Verdugo zarpó en el bergantín Expedición  para encontrarse con David Jewett en los EE.UU. pero este último ya le había ofrecido sus servicios a las Provincias Unidas del Río de la Plata. Como resultado de esto podemos decir que Jewett había sido un jefe nominal de una marina imaginaria.

David Jewett y las Provincias Unidas del Río de la Plata

¿ Por qué eligió Jewett a nuestro país? Algunos historiadores piensan que no quiso vincularse al controvertido Carrera y Verdugo. Otra causa pudiera ser que las Provincias Unidas del Río de la Plata habían designado el  1º de marzo de 1814 al Teniente Coronel Guillermo Brown que era un irlandés brillante y con el cual Jewett pudo haberse sentido más cómodo. David Jewett arribó a Buenos Ayres el 22 de junio de 1815.  Dado que José Rondeau se encontraba en el Alto Perú combatiendo, David Jewett ofreció sus servicios a Ignacio Alvarez  Thomas que era entonces el Director Provisional de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Su solicitud fue muy bien recibida por Marcos González Balcarce , Secretario de Guerra y Marina. De esta forma, el Director autorizó a Jewett a hacer la guerra, a capturar por la fuerza a las naves y propiedades que pertenecieran a ciudadanos españoles cuando estuvieren en puertos neutrales o vías de navegación de amigos de dicho estado de forma tal de ser juzgados y confiscados como presas legales por las Provincias Unidas del Río de la Plata. Jewett podía vender o disponer de los bienes capturados según lo pactado previamente con el gobierno.

David Jewett y Xaviera Carrera



Francisca Xaviera  Eudocia Rudecinda de los Dolores Carrera y Verdugo nació en Santiago de Chile el 10 de marzo de 1781.Xaviera era  la primera hija del Coronel de la Milicia Real  Ignacio de la  Carrera y Cuevas y de  Francisca de Paula Verdugo y Valdivieso ; ambos pertenecientes a familias de la nobleza española. En 1800, Xaviera contrajo nupcias con Don Pedro Díaz de Valdez un español que habría de estar a cargo de la Oficina de Defensoría del Juez del Ejército perteneciente a la Capitanía de Chile. 


 La casa de los Carrera en Buenos Aires era en realidad el cuartel general del denominado Movimiento Carreriano y por ende un centro de intrigas y complots. Fue precisamente durante estos años tan conflictivos que Xaviera conoció a Jewett quien quedó impresionado por su belleza. Armando Moreno Martín, compilador del Archivo del General José Miguel Carrera, refiere que Javiera estaba efectivamente enamorada de David Jewett en base a una carta que en 1818 envía el diplomático estadounidense David Porter a su compatriota y ex cónsul en Chile, Joel Robert Poinsset.

 La relación entre David Jewett y Xaviera Carrera quizás pueda compararse con la de John Paul Jones y Delia(condesa de Nicolson) esposa del conde William Murray Nicolson. El 8 de abril de 1818, Toribio Luzuriaga gobernador de Mendoza mandó a fusilar a Luis y Juan José lo cual destruyó espiritualmente a Xaviera. Esta última pudo escapar a Montevideo con la ayuda de David Jewett en una época convulsionada políticamente.  Xaviera falleció veinte años después que David Jewett y su imagen aun despierta profundos sentimientos en la sociedad chilena.

El bergantín Invencible

Según algunos registros un navío de Guerra británico llamado HMS Challenger fue adquirido por un  residente en Paris oriundo de Rhode Island de apellido Prebble. Este navío, denominado The True Blooded Yankee  tomó parte como corsario en la Guerra de 1812 contra los británicos siendo su primer propietario un Coronel Denis de Filadelfia. Supo zarpar de los puertos franceses de Brest, Morlaix y  l ‘Orient .En total, el True Blooded Yankee  capturó seis naves y 21 embarcaciones menores una de cuyas presas fue valuada en cuatro cientos mil dólares. Según una carta enviada por John Murray  Forbes el  26 de octubre de 1821 al Secretario de Estado de los Estados Unidos John Quincy Adams, The True Blooded Yankee  estaba comandado por el capitán David Jewett y el barco había sido rebautizado con el nombre de Invencible.

El  Invencible  era un asombroso bergantín de 440 toneladas, tenía 40 metros de eslora , 6,10 metros de manga , 6,75 metros de puntal  y 3,75 metros de calado .  Se encontraba armado con veinte cañones de 18 libras, 14 carronadas de 24 libras y seis cañones de 12 libras contando con una tripulación de 180hombres.Los documentos del fuerte de Buenos Ayres confirman que Jewett era el propietario del Invencible y que su abogado era David Curtis DeForest otro estadounidense  entusiasta de la causa de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

 El Invencible fue posteriormente capturado en Bahía y Jewett encarcelado durante 17 días. Las autoridades brasileras alegaron que Jewett actuaba en nombre de un gobierno que no gozaba de las simpatías del rey de Portugal.


Las calumnias de John Murray Forbes

John Murray Forbes se desempeñaba meramente como agente de comercio de EE.UU. en Buenos Ayres para cuando David Jewett arribó con el Invencible. Nunca vio con buenos ojos las actividades corsarias de su compatriota temeroso quizás de tener problemas diplomáticos con España.

Según Forbes, mientras un agente se encontraba llenando los formularios de autorización en la Aduana de New York para zarpar  de Savannah ( Georgia), Jewett aprovechó la brisa y se escapó con el bergantín presentándose ulteriormente a las autoridades de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Su calumnia no prosperó.

Jewett y otros estadounidenses amenazaron con elevar un informe a nuestras autoridades lo cual podría haberle costado a Forbes su puesto. No caben dudas de que este último había dado un falso testimonio y, temeroso de lo que le podía pasar, le escribió nuevamente al Secretario de Estado de EE.UU. pidiéndole esta vez    “algún trabajo decente en los Estados Unidos” .

En su carta a John Quincy Adams  fechada el 16 de Julio de 1822, John Murray Forbes se quejaba amargamente que “ Todos los británicos y los renegados de mi propio país tales como Thomas L. Halsey, W.P. Ford, David Jewett, Thomas Taylor y otros de su tipo me han declarado la guerra”

El agradecimiento de un pueblo

El Invencible  regresó a Buenos Ayres en la primavera de 1817 después de navegar 27 meses durante los cuales atacó todo navío español que surcó nuestras aguas en su ruta hacia las fortificaciones del Pacífico.

El capitán David Jewett devolvió su patente de corso el 26 de septiembre de 1817.Entre 1815 y 1817 las Provincias Unidas del  Río de la Plata capturaron aproximadamente 70 naves españolas.

La Gaceta de Buenos Aires del 16 de junio de 1819 expresaba cuan agradecidos estaban los habitantes de nuestro país con David Jewett.

 Nota:

La madre de Juan Larrea (catalán y miembro de la Primera Junta)  fue la madrina de una de las hijas de DeForest. DeForest, que fuera nombrado Ciudadano Honorario de Buenos Ayres, hizo una gran fortuna y según algunos historiadores  tuvo relaciones comerciales con Manuel Moreno y con un corsario muy conocido llamado Pierre Lafitte . David DeForest  fue designado Cónsul General de las Provincias Unidas del Río de la Plata y regresó posteriormente a los Estados  Unidos donde adquirió una hermosa casa en New Haven.

La fragata Heroína

El 9 de agosto de 1819, Patricio Lynch le solicitó al Ministerio de Marina de las Provincias Unidas del Río de la Plata la patente de corso y el armamento adecuado para una fragata de 475 toneladas construida en España. Dichos requerimientos se hacían en función del Artículo Nº 5 de la reglamentación de 1817 para las actividades corsarias. Lynch le sugirió a las autoridades que la nave fuera bautizada Tomas Guido solicitando a su vez que David Jewett fuera su comandante. El gobierno se rehusó a bautizar a la nave con el  nombre de Guido debido a que éste aún se encontraba en servicio activo. Lynch finalmente acordó en que la nave fuera llamada Heroína.  Según algunos historiadores, el nombre de  Heroína habría sido puesto en honor a Xaviera Carrera.

El Director Rondeau promovió a David Jewett a Coronel del Ejército y lo designó comandante de dicha fragata. Su Segundo comandante sería el Sargento Mayor John W. Adams. Se le asignaron a seis Tenientes y un Teniente Segundo. Jewett eligió personalmente al cirujano. Entre la oficialidad se encontraba el Guardiamarina Acevedo formado en la Royal Navy y el sobrino de un tal Goyena que ostentaba el mismo grado que en la marina española. El resto de la tripulación estaba constituido por 42 criollos entre ellos 28 convictos, 7 marineros obligados a embarcar y 3 voluntarios.

 La patente de corso le fue emitida el 15 de enero de  1820 zarpando el 20 de enero de ese año del fondeadero de Los Pozos, si bien algunas autoridades refieren que fue en Ensenada donde completó la leva. La primera misión de David Jewett, en medio de tamaña inestabilidad política, fue la de conducir una división compuesta por la fragata Heroina, los bergantines Gálvez y 25 de Mayo, la Invencible y diversos lanchones, bloquear el puerto de Buenos Ayres e inspeccionar los buques surtos en el mismo.

A David Jewett se le ordenó navegar como corsario por el Atlántico Sur con una doble misión : reafirmar la soberanía de las Provincias Unidas del Río de la Plata en las islas Malvinas y en segundo lugar detener  las actividades abusivas de los barcos pesqueros. Este documento fue posteriormente publicado en agosto de 1829 en la Gaceta Mercantil .

Lynch se apuró en asegurar que esta fragata se encontraba en condiciones inmejorables lo cual como veremos no era cierto. La Heroína resultó ser roncera o sea lenta para perseguir a otros navíos de guerra.



Designación de David Jewett de la Heroína, como Coronel al servicio de la Marina Nacional por el Director Supremo de las Provincias Unidas en Sud America

 

La llegada a las islas Malvinas

Cuando David Jewett arribó a las islas Malvinas en las mismas se encontraban fondeadas navíos extranjeros fundamentalmente británicos y estadounidenses. Jewett  les comunicó sobre los motivos que obligaron a la presencia de una autoridad según la circular del gobierno del 2 de noviembre de 1820.

El comandante de la Heroína le remitió una nota al Capitán James Weddell en estos términos:

 

Fragata del Estado Heroína en Puerto Soledad, Noviembre 2 de 1820

Señor:

Tengo el honor de informarle que he llegado a este puerto comisionado por el Superior Gobierno de las Provincias Unidas de Sud América para tomar posesión de las islas en nombre del país a que éstas pertenecen por ley natural. Al desempeñar esta misión deseo proceder con la mayor corrección y cortesía para con todas las naciones amigas. Uno de los objetos principales de mi cometido es evitar la destrucción desatentada de las fuentes de recursos necesarios para los buques que de paso o de recalada forzada arriban a las islas, y  hacer de modo que puedan aprovisionarse con el mínimo de gastos y molestias. Dado que los propósitos de Ud. no están en pugna ni en competencia con estas instrucciones, y en la creencia de que una entrevista personal resultará de provecho para entrambos, invito a Ud. a visitarme a bordo de mi barco, donde me será grato brindarle acomodo mientras le plazca. He de agradecerle asimismo tenga a bien, en lo que esté a su alcance, hacer extensiva esta invitación a cualesquiera otros súbditos británicos que se hallaran en esas inmediaciones. Tengo el honor de suscribirme, señor, su más atento y humilde servidor, David Jewett,

Coronel Comandante de las Provincias Unidas de Sudamérica y Comandante de la Fragata Heroína.

 

Al otro día a la mañana Jame Weddell caminó 7 a 8 millas hasta Puerto San Luis donde se hallaba anclada la Heroína trasladándose  abordo en un bote que encontró en la playa.  Según refirió Weddell  “No creo que se haya visto nunca, desde los tiempos de Lord Anson, buque más minado por el escorbuto que la fragata de Jewett”. También refirió que Jewett tenía solo 30 marineros y 40 soldados de lo que supo ser una tripulación de 200 hombres. Weddell pernoctó en la fragata Heroína e incluso ayudó a Jewett al día siguiente a introducir la fragata en el puerto.

 

Nota:

En 1740, durante la guerra con España el Almirante británico  George Anson (1697-1762) atacó los asentamientos en las costas de Chile. Para  junio de 1744 más de la mitad de su tripulación de 2000 hombres había muerto por escorbuto.

Nota:

James Weddell  era un explorador, geógrafo, y ballenero británico que navegó en tres ocasiones a la Antártica ( 1820, 1821-22 y 1822-23 ). Supo escribir un libro contando sus aventuras titulado “A Voyage Towards the South Pole in the Years 1822-24 ”( publicado en 1825 ). Era un hombre que admiraba la exactitud y despreciaba los reclamos carentes de fundamento realizados por los primeros exploradores. Weddell falleció en la pobreza a los 47 años..

 


De la tripulación de 200 hombres de la Heroína, 50 fallecieron por el escorbuto y 7 como resultado de los motines . Veinte hombres desertaron en las islas Trinidad y Cabo Verde. Los marineros se encontraban en tan mal estado que los mismos oficiales tuvieron que manejar el guinche para aproximar la fragata al Puerto San Luis. Cuando llegó la fragata Heroína a las islas Malvinas habían aproximadamente cincuenta navíos extranjeros fondeados en la Bahía de Anunciación. Estaban constituidos por tripulaciones que no respetaban otra cosa que la fuerza. Se encontraban presentes las fragatas británicas  Indian (Capitán Spiller) ,  Jane   ( Capitán Wedell ), Hety ( Capitán  Bond), George ( Capitán Richardson ) y los cúter británicos  Beaufoy ( Capitán   Brisbane) , Elisa (Capitán Powell) y Sphrightly (Capitán  Frazier).  También estaban presentes loss iguientes navíos de EE.UU. : Fragatas Eucane ( Capitán Knox ),  Governor Hawkins, General Knox, (Capitán W. R. Orme ) , y  New Haven, los bergantines   Fanning, Harmony y Wasp y las goletas Hero y Free Gift ( Capitán Thomas Dunbard ). El 6 de noviembre de 1820, Jewett le ordenó a sus escasos y valientes hombres que aún podían manejar un arma que izaran el pabellón de las Provincias Unidas del Río de la Plata bajo el sonido del tambor de Cosme Damián Ulloa y el silbato de  José Rodríguez.. Una salva de 21 cañonazos completó la ceremonia que, según el comandante británico James Wedell, estuvo impregnada de solemnidad y dignidad.



Publicación de la posesión de las islas Malvinas por parte de David Jewett publicado en The Times el 3 de agosto de 1821.





¿ Cómo fue el viaje de David Jewett a las islas Malvinas?

No existe mejor forma de describir las vicisitudes  que vivió David Jewett que transcribir la carta que el mismo escribiera estando en Puerto Soledad.

Puerto Soledad

Islas Malvinas

Febrero 1º de 1821.

A bordo de la fragata Nacional Heroína

Exmo. Señor

Abrazando esta primera y única oportunidad de anunciar a V. E. la penosa historia de los sucesos que se han seguido en desgraciada y rápida sucesión desde que dejamos las aguas del Río de la Plata hasta el día presente, me impongo un trabajo que requiere una pluma más hábil que la mía, una imaginación menos atormentada por los padecimientos, y menos ocupada por la continua combinación de facciosa y maliciosa villanía; por ardua que mi empresa es mi deber me lo demanda; yo no dejaré de procurar dar a   V. E. tan concisa relación de las pasadas y continuas desgracias, y de nuestra presente situación cuanto las circunstancias lo permitan, reservando una más menuda relación, hasta una comunicación personal si alguna vez puedo tener tal honor. Muy pocos días después de nuestra salida del Río sufrimos violentas tempestades y vientos contrarios que causaron que el buque hiciese tanta agua que averió muchas partes de las provisiones, y descubrí la falta de carácter entre los oficiales principales que se requiere para obrar con energía y para asegurar buen suceso en el asunto importante de nuestra empresa. A esto se agregaba la mala situación de mi segundo, el Mayor Juan W. Adams, digno y benemérito oficial, el cual jamás pudo subir a la cubierta desde que salimos de ésa hasta el día 26 de mayo en que expiró.

 El primer Teniente don José Huges con una complexión arruinada por la embriaguez y un alma depravada era más bien un instrumento para adelantar el faccioso espíritu que comenzó a difundirse, que para prestar ayuda indispensable a la subordinación que su empleo pedía. Ni la inexperiencia ni el crédulo carácter del Segundo Teniente eran a propósito a corregir la cadena de males que diariamente se forjó, y su propia ignorancia y debilidad lo condujeron a ser más bien el accesorio inactivo que vigilante opositor a los fundamentos de los males subsiguientes. Los 3º 4º, y 5º Tenientes destituidos de los principios del deber en servicio parecían haberse contentado con mantener neutralidad, y sin hacer esfuerzos para detener la corriente de desgracias que en la secuela habían de destruir no sólo la armonía, sino también el primario objeto de la expedición, me pusieron en situación de no tener un oficial que me ayudare ya para remediar en tiempo los males o ya para impedir que el contagio se propagara entre los hombres malos que se habían descubierto entre la tripulación.

En el momento que la facciosa disposición de los oficiales había dado alas a las malas intenciones de una parte de la tripulación, la causa general de descontento se fundó en el poco andar de la fragata, en que ella hacía agua y en la imposibilidad de un crucero afortunado, y esto aún antes de llegar a la altura de Río de Janeiro. Estando cerca de dicho puerto con inexpugnable dolor se descubrió que la mala calidad de nuestros cascos de aguada nos había hecho perder la mayor parte del agua y nos compelía a buscar pronto dónde procurarla. Se pensó que lo mejor era arribar a la isla Trinidad, porque el volver al Río de la Plata hubiera provocado demora y ruina. Antes de la llegada a aquella isla nos encontramos que no podíamos obtener allí sino corta provisión de agua, lo cual nos hizo ver que para conseguir la cantidad que se necesitaba para las futuras operaciones era preciso arribar a algún destino en que se pudiese desembarcar y componer los cascos, y en donde se tomasen las aguas a la fragata; en tan duras e imprevistas circunstancias se tuvo por indispensable seguir rumbo al Ecuador y pasar al hemisferio del Norte para buscar en las islas de Cabo Verde las provisiones necesarias y reparar el buque, cuyo partido adopté. En este viaje el espíritu inquieto y faccioso tanto de los oficiales como de la tripulación se manifestó; muchos se combinaron para hacer protesta contra el mal estado del buque, alegando que andaba poco y hacía mucha agua y para solicitar o exigir que fuésemos en derechura a los Estados Unidos de Norte América. A la ejecución de tal idea me opuse como inútil temeraria y ruinosa a la empresa, y deshonrosa en el extremo; y tuve la fortuna por entonces de frustrar la intención. Seguimos viento rumbo hacia el Norte hasta llegar a las Islas del Cabo Verde, donde con toda vigilancia compusimos tanto las pipas como el casco del buque; y nos dirigimos hacia la costa de España, registrando todo buque que podíamos alcanzar; hasta que el 27 de Julio de 1820 descubrimos un buque de guerra o fragata fuertemente armada, a las 10 de la mañana, que perseguimos inmediatamente, pero que no pudimos alcanzar hasta medianoche.

Habiendo dos días antes recibido una contusión que me imposibilitó de estar por mucho tiempo seguido en la cubierta, mandé que se acelerase la persecución del buque en lo posible, y que... cuando llegásemos a tiro de cañón, haciendo saber a los oficiales que en el caso de salir enemigo, era mi intención atacarle, cualquiera fuese su fuerza, desde que el nuestro podría ponerse a su lado. Cuando lo teníamos, a solamente, a medio tiro de fusil, su apariencia por la luz de la luna confirmó nuestra primera opinión que era buque de guerra. En éste... y sin venir a voces nos tiró una bala que pasó entre el palo de trinquete y el bauprés. Le saludé varias veces; al cabo nos respondió indistintamente y según lo entendimos ' portugués '. Mandé que enviase un oficial a mi bordo; rehusaron hacerlo y habiéndose esto repetido y rehusado varias veces, le dije, ya en español ya en inglés, que si persistiera en rehusarlo le haría fuego. Al rehusarse otra vez, di orden al Teniente Edwars que tirase desde el castillo de la cubierta superior una sola bala, con dirección elevada por encima de su castillo de proa. Luego que esto se ejecutó nos tiraron una andanada con metralla, y nos hizo fuego la fusilería a medio tiro de pistola.

 

Mandé se descargasen las baterías sobre él, que duró por espacio de quince minutos; y le reducimos al silencio por otras dos o tres al oír gritos a su bordo, mandé inmediatamente cesase el fuego, creyendo que se hubiese rendido; en esto empezó de nuevo la acción, a medio tiro de pistola; respondí con dos andanadas; entonces gritaron ' cuartel', diciendo que se habían rendido. Despaché al Teniente Edwars con los oficiales y marineros necesarios para que se encargasen del buque por aquella noche. Resultó ser, como lo verá V. E. por los documentos anexos, la fragata 'Carlota ', de 22 cañones, con otras armas de fuego, una tripulación de 62 hombres y 14 pasajeros procedentes de la Bahía de Todos los Santos, completamente cargada con destino para Lisboa. Consideradas todas las circunstancias, le señalé a los oficiales, y tripulación necesaria, navegué con ella, y, al examinar el estado de los víveres, lo hallé indispensable dirigir nuestro viaje por las Islas Azores, Madeira, Canarias y Cabo Verde hacia el Hemisferio del Sur. En consecuencia, el 6 de agosto, estando entonces a la vista de Fayal, con brisas leves y calmas nos dirigimos S.E. por la Isla de Madeira. En aquel tiempo tuvimos víveres cuando más por ochenta días inclusos una parte considerable de ellos, en mal estado y de mala calidad; agregándose a esto el estado incierto de los pijios (sic) de agua, el del buque, la……  de los oficiales, la distancia del lugar de nuestro destino ulterior, la falta de recursos de crédito u órdenes para abastecernos en cualquier parte de Europa o de Norte América, luego el no haber caminado sino muy poco en él, descuido de doce días, las colijas (sic) que se suelen encontrar en aquellas latitudes en esa estación, los vientos contrarios que se habían de esperar en la vecindad de las islas por donde pensábamos pasar, con la probabilidad de iguales vientos y colinas al atravesar el Ecuador, todo me obligó a dirigir el viaje por las islas de Cabo Verde. De allí me propuse seguir mi ruta con toda posible celeridad, siempre acompañando la fragata tomada, y mantenerme sobre la costa del Brasil, si el paso del Ecuador por ser favorable, en cuanto al estado de los víveres y del buque lo permitiese. Navegamos, pues, hacia las islas, pero adelantamos poco por causa de la escasez y contrariedad de los vientos.

Del 12 al 13 de agosto empezó a manifestarse una tenebrosa y horrenda conspiración de asesinato, robo y piratería, y los procedimientos, con su terminación, en cuanto se sepan hasta ahora, se hallarán detallados en los varios documentos que se transmitirán con la presente. Solo expondré, con brevedad, la corta noticia que tuve de esta atrevida y horrenda tentativa y el modo con que la sofoqué; sometiendo mi conducta a aquel gobierno, cuyo estandarte, por la asistencia de la Divina Providencia me ha sido permitido proteger, y salvar la vida de los pocos de sus hijos que han sido mis compañeros en esta crisis penosa y desesperada. En la noche del 12 de agosto, cuando el golpe fatal se había de perpetrar, entre las doce y la una, bajo el silencio y tinieblas de la noche, los.... habían destinado a todos, menos la cuadrilla asesina, a morir. A las once, todos los oficiales, con pocas excepciones, dormían, y se hallaban sin defensa; una confianza y seguridad perfecta parecían haberse posesionado de todos menos de mi mismo. Desde las ocho una impresión inexplicable de algún peligro secreto me privó del sueño, y como acostumbro en esas horas me eché sobre mi hamaca, sin desnudarme, satisfecho de que los centinelas eran alertas y fieles, y traté de desembarazarme de lo que consideraba como una impresión visionaria, o un ataque de hipocondría, pero, en vano; a las nueve la impresión venció a la razón, fui impelido a levantarme, y subí a la cubierta disfrazado, donde sorprendido ví a [Jaime] Thomas, 1er. Piloto, dejando el entrepuente, y sin sombrero, venir al castillo de proa, pasar a la popa, y bajar a la hamaca del 1er. Teniente Hughes, y detrás de una frazada que servía de cortina quedarse algunos minutos hablando despacio con Hughes, e irse. Volví a mi cámara, reflexionando en la causa de su visita, a un tiempo que en su deber no le obligaba a tan singular aventura. Permanecí allí hasta las diez; volví entonces a subir, disfrazado como antes, y hallé otra vez a Thomas, sentado, sin sombrero, en la proa de uno de los botes, y varios hombres en movimiento a su alrededor y en el castillo de proa. Al descubrirme él se fue abajo. Con nuevas aprensiones a unas ocurrencias tan singulares, me retiré otra vez a mi cámara, donde la reflexión no me dio alivio alguno. A las once y en cuarenta minutos volví otra vez a la cubierta y hallé que reinaba un silencio perfecto en todas partes del buque.

Pasé, sin que ni oficiales ni marineros en el alcázar que me viesen, al pasamano de estribor; que me pareció sin gente, cuando una voz me dijo: ' coronel, cuidado, os atacarán la vida en esta misma noche ', pregunté del mismo modo ' ¿Cuándo?' la voz me replicó  'de aquí a una hora'. Pregunté ' ¿Quién se halla a la cabeza de una conspiración tal? ' Me replicó la voz: ' El señor Thomas '. Pregunté ' ¿Quién más? ', pero no recibí respuesta. Traté de indagar quién fuese la persona que me había dado la información, pero a nadie hallé. Regresé a mi Cámara, me armé y volví a subir inmediatamente la cubierta. El mismo silencio reinaba. Llamé al instante al capitán y teniente de la tropa (Laureano Anzoátegui) y al teniente Carnelia, mandé que cargasen a Thomas con dos barras de grillos, y al mismo tiempo apareciesen en la cubierta del contramaestre el condestable, el 2º piloto Juan L. Clarke, y el despensero Joseph C. Gors; armé la tropa; doblé los centinelas, con pistolas cargadas; y pasé a asegurarme de los que me suponía ser los principales, lo que se verá refiriendo a los autos y procedimientos que seguían. No puedo dejar de expresar mi gratitud hacia el teniente Luciano Castelli, cuya asistencia impertérrita, pronta y enérgica, descubrió al veterano en el bizarro joven; la conducta del Teniente Marcelo Vega fue sin rival; el capitán de la tropa, los subalternos y soldados se portaron de modo a hacer honor a nuestra bandera.

Al teniente Camelia que, en el informe del fiscal, parece comprometido, en este momento cruel manifestó, y se condujo con mucha energía, y me proporcionó todo el socorro en su poder. Cuando el azote de la muerte había reducido el número de la gente tanto que apenas entre los enfermos, prisioneros, y guardia se hallaba gente suficiente para asegurar las velas del tiempo tempestuoso con que tuvimos que luchar, el teniente Carnelia ha dado siempre el mejor ejemplo y se ha esforzado en lo posible para suplir el defecto; como también desde nuestra llegada, cuando solo diez marineros se hallaron en estado de cumplir con su obligación, y estos aún afligidos, más o menos, con el escorbuto.

 

El 28 de agosto empezó la mano vengadora de la muerte, sus lentos pero destructivos ataques, con síntomas los más espantosos de un escorbuto inveterado, aniquilando a los más robustos, y, con pocas excepciones, a todos cuantos encontrase.

Sus primeros destrozos se manifestaron en la presa, donde se hicieron mayores esfuerzos para salvar a los infectos, e impedir que se extendiesen tan fatales ataques a los demás; tres veces la tripulación de aquella fragata en gran parte se mudó y fue trasbordada a la mía, de modo que se cambió literalmente de buque de guerra en hospital flotante de donde todos los días precipitaron más o menos cadáveres al abismo, víctimas de tan horrenda enfermedad.

Esta infección y el motín a mi bordo me daban que probar lo bastante del cáliz amargo, pero en el mismo momento de esta crisis, con asombro lo relato, descubrí que se había formado un complot para matar a los oficiales, apoderarse de la presa, y llevársela. Este también tuve la dicha de sofocar, y de mantener la presa en mi compañía hasta el 20 de octubre, tres días antes de llegar a la zonda del banco septentrional de esta isla, en que época nos acometió una borrasca violenta del NO a Oeste, que nos hizo temer por ambos buques; y en lo más fuerte de la tempestad perdimos de vista a la presa, y desde entonces acá no tengo noticias de ella. Sin embargo, no puedo creerla perdida, ya por ser de fuerza muy grande, ya por haberla visto unas dos horas antes que se apaciguó la borrasca.

El estado de la ' Heroína ' al entrar en este puerto no puede describirse adecuadamente, ni apenas imaginarse.  Sólo diez marineros efectivos para atender el buque, asistir a los enfermos, a los moribundos, y enterrar a los muertos; sin la más distante esperanza de socorro, sino de los salutíferos efectos de la tierra fresca, y una cesación parcial de la trabajosa obligación de navegar el buque por medio de una serie de tempestades y fríos rigurosos, cuya fatiga, con la desesperación consiguiente al presenciar la rapidez de la mano de la muerte, y el terror y padecimientos ocasionados por la violencia del tiempo, casi me dejó abandonado.

En esta situación entré en la bahía de este puerto el 27 de octubre, al cerrarse el día. No pudiendo alcanzar el puerto, y hallando paraje propio para echar el ancla, mandé que se efectuase, estando entonces a cosa de diez millas del antiguo Puerto de la Soledad. Al día siguiente pasé en el bote a explorar qué recursos nos ofreciese este lugar, como única esperanza de salvar una disolución inmediata, puedo decir, a los sobrevivientes de las desgracias que, por la mala calidad y escasez de los víveres, y la falta total de legumbres y de carne fresca, se hallaban reducidos al borde de la desesperación. Vista la dilapidación de éste, en otros tiempos, lugar hospitalario me hallé en la necesidad de poner tiendas hechas con los despedazados restos de las velas de mi buque, para abrigar a los enfermos; lo que se verificó lo más pronto posible.

Pude lograr anclaje seguro para mi buque, cuando al desembarcar a los enfermos e infectados, el repentino cambio de aire y efecto de la tierra terminaron inmediatamente la existencia de algunos, y a otros dieron alivio. Los escasos recursos en cuanto a legumbres, y el trabajoso ejercicio de la caza, solo ofrecieron un refresco parcial a los enfermos, y a los que se hallaban en estado de trabajar. Ni hasta el día 12 de diciembre se hallaron los que sobrevivirían suficientemente restablecidos, para poder embarcarse otra vez, y entonces se halló que las velas se habían destrozado bastante en tierra, por la violencia de los vientos y del mal tiempo. No puedo dejar de exponer que nuestra situación se halló empeorada, teniendo entre los enfermos a varios de los amotinados, que me obligó la humanidad a desembarcar, y de consiguiente era preciso establecer una guardia en tierra. A principios confié este servicio al bizarro Vega que lo desempeñó a mi completa satisfacción, fue sucedido en esta obligación por el capitán de la tropa, que desde entonces parece haber manifestado una disposición tal se manifestó primero en su correspondencia violenta al hacer reembarcar yo a los convalecientes y prisioneros, llevando las velas a bordo y retirando la guardia.

 Al llegar él a bordo, tentaba secretamente seducir a los oficiales para que se uniesen con él, y me obligasen a dejar de una vez este lugar, y regresar a Buenos Aires, en el estado en que se hallaba el buque. Por testigo de esta conducta debo nombrar al bizarro y honorable joven mi edecán y 1er. teniente don Luciano Castelli.

El capitán Anzoátegui, no hallando a los ofíciales deseosos de apoyar su tentativa, con la excepción del guardiamarina Mavilio, fue inducido, el 20 de enero de 1821, a hacer protesta pública, copia de la cual, con la de toda nuestra correspondencia, acompañará la presente. Se ha de observar que no contento con incluir a la tropa en su protesta, habla también del perjuicio a la tripulación. En una conversación que tuvo después con un oficial, afirmó que él había sido instigado a la medida por el condestable, contramaestre, y todos los pilotines, para que hiciese la protesta general en sus nombres también. Pero al citar a dichos oficiales para que declarasen si así hubiese acontecido o no, no solamente negaron el hecho, sino también dijeron que nunca habían tenido comunicación alguna con él sobre el asunto, ni jamás habían pensado en dar un paso tal. Por mayor información tocante a esta materia pido permiso para referir otra vez a don Luciano Castelli. Sin embargo, en consecuencia de su tentativa a seducir a los oficiales del buque, y ésta su renuncia formal de toda responsabilidad perteneciente a su oficio, según se consideraba le suspendí del mando de la tropa y mandé que quedase como pasajero que se supiese la determinación del Gobierno Supremo, con la opción de embarcarse en un buque inglés que se hallaba entonces en este puerto, destinado al Pacífico.

Es con sumo dolor que me veo obligado a esponer que alguna falta de armonía haya existido entre los hijos del país que sirvo; pero asegúrese V. E. que me he esforzado en lo posible para precaver un evento tan desgraciado pero sin preocupación en parcialidades me veo en la necesidad de manifestar que el genio y carácter del capitán Anzoátegui en tales que es imposible evitar su espíritu vengativo y malévolo. El modo en que lo ha ejercido debo dejarlo, por una relación personal, por demasiado desagradable para que yo la presente entre el negro catálogo de mis pesares.

Si por disposición del Gobierno se pusiese esta fragata en otra misión, se hallará necesario componerla, y muy convenientemente mudar la mayor parte de su oficialidad y tripulación.

Persuadido a que mis desgracias bastarán para inducir al Gobierno Supremo, de sacarme de mi presente penoso enviando a un comandante de su confianza en mi lugar, cuento con que mí súplica se concederá con la posible brevedad.

Con el más alto respeto tengo el honor de ser de V.E. el  más obediente y rendido servidor. Davit Jewett. A S.E. el Supremo Director de las Provincias Unidas de Sudamerica."


Jewett se vió obligado a enfrentar no solo las malas condiciones de su nave sino también el terrible flagelo del escorbuto que se iniciara a bordo del navío portugués. Este tipo de circunstancias adversas era bien conocidas por los oficiales de la marina de EE.UU. De hecho, durante una travesía a Whitehaven , John Paul Jones tuvo que enfrentar una tripulación insubordinada y la presencia a bordo de un irlandés traidor llamado David Freeman.

En cuestión disciplinaria Jewett actuó rápida y eficientemente. James Thomas fue sometido a una corte marcial abordo siendo su abogado Tomas Carey.  Fue condenado por unanimidad y ejecutado.  El Sargento Mayor Laureano Anzoategui (1782-1847) quien había objetado el tener que hacerse cargo de los prisioneros fue culpado de insubordinación y contumacia. Se le permitió embarcar en un navío británico. Sabemos que su viuda Josefa Ruiz Moreno reclamó infructuosamente el título de Guerrero de la Independencia.

El hombre en quien David  Jewett más confió fue el Teniente  Carnelia. Este último regresó junto con una presa, la goleta estadounidense Ramper comandada por Tomas Feren. Acompañaron a Carnelia el Cabo 1º Valerio Matute y los soldados Juan Castro y Francisco Ordoñez. La Ramper  había zarpado el 1º de diciembre de 1820 de Lima y se dirigía a Cádiz, fue capturada dado que transportaba mercadería de los realistas. Este hecho le dio pie a John Murray Forbes para acusar nuevamente a Jewett.

 Jewett transfirió su comando el 1º de febrero de 1821 a William Robert Mason quien más tare participara en la Guerra Cisplatina. Ese mismo año se conformó una corte marcial para todos los rebeldes que participaron del citado viaje.

Descripción del Teniente Coronel y Comandante Guillermo Mason a bordo del buque cárcel San Sebastian.4

                                         Bahía de Lisboa, 19 de octubre de 1822

La Carlota y el schooner americano fueron capturados durante el crucero anterior y bajo el mando del Coronel Jewitt . La Carlota disparo una andanada sobre la Heroína , de resultas de la cual cayeron heridos ocho hombres , cuatro de los cuales murieron casi inmediatamente. Por las leyes de todos los beligerantes , y de acuerdo con las ordenanzas de Buenos Ayres , este acto era suficiente para declararla buena presa. El schooner americano , que se dice fue capturado por la Heroína , procedía de Lima y estaba destinado a Cadiz, donde conducía un cargamento en su totalidad de propiedad española. El cargamento fue condenado por el Tribunal de Presa de Buenos Ayres , que le declaró ¨buena presa¨

 

Campañas militares de David Jewett en Brasil

David Jewett zarpó de Buenos Ayres en su navío Maipú  llegando a Río de Janeiro un mes después que Don Pedro I declarara la independencia del Portugal. El  Maipú  era un navío de 284 toneladas con una tripulación de 100 hombres y 18 cañones. Supo navegar con el nombre de Vicuña con pabellón chileno hasta que fue capturado por fuerzas españolas. Posteriormente fue capturado por la fragata Heroína y consignado a un armador estadounidense llamado John A. Daniels. El emperador mismo adquirió al Maipú y lo rebautizó como corbeta Caboclo ofreciéndole al mismo tiempo un puesto a David Jewett en la marina imperial.  

David Jewett se alistó en la Marina Imperial Brasilera el 6 de octubre de 1822 con el rango de  Capitão-de-Mar-e-Guerra  (Capitán) e inmediatamente le fue dado el comando de la fragata União reemplazando así al Capitán Luiz da Cunha Moreira. David Jewett fue el primero que izó los colores patrios del Brasil.

El 22 de noviembre de 1822 Jewett tuvo su primera misión en la Marina Imperial Brasilera. Después de finalizar su misión Jewett retornó a puerto el 12 de enero de 1823.El 4 de abril , Jewett formando parte de la escuadra de Cochrane se vio involucrado en un combate contra las fuerzas portuguesas a las cuales logró sacar de su pretendida emboscada.

El 12 de octubre de 1823, siendo comandante de la fragata Piranga      (52 cañones), David Jewett fue promovido a Jefe de División    (Comodoro) hasta el 20 de diciembre.

Nota:

El embajador portugués en Londres había realizado una hábil maniobra política al obtener de Gran Bretaña la prohibición de que hubieran oficiales británicos sirviendo bajo pabellón brasilero. Como resultado de esto, Taylor fue dado de baja  quedando Jewett postulado como  Jefe de División.

David Jewett  fue posteriormente designado como comandante del navío de guerra Pedro I (1600 toneladas, 74 cañones y 650 hombres) el 31 de agosto de 1825.

Nota:

Thomas Cochrane, Décimo Conde de Dundonald (1831),   Marques de Maranhão, Gran Cruz de la Orden Imperial de   Cruzeiro, Primer Almirante y Comandante en Jefe de las fuerzas  navales imperiales del Brasil

El Consejo Militar Superior de Justicia del Brasil ordenó el arresto de David Jewett en el navío Pedro I  por haber expulsado de su fragata al Sargento  João Cabral  de Mello ( acusado de sodomía ) y por mal trato de los guardiamarinas y voluntarios de abordo. Las autoridades imperiales designaron a John Taylor de la Niterói como reemplazo de Jewett. Cinco meses más tarde fue absuelto por falta de evidencias por el mismo Emperador.

El 21 de agosto de 1824, David Jewett zarpó de Río de Janeiro al mando de una fuerza naval. Jewett arribó a Pernambuco el 10 de septiembre de 1824. Jewett tuvo que hacerse cargo de la totalidad de la escuadra y brindarle su apoyo al Brigadier Brigadier Lima e Silva.

Jewett le ordenó a las fragatas Piranga y Niterói que bombardearan las líneas enemigas mientras las fuerzas imperiales capturaban  Boa Vista. El día 14, Jewett bombardeó a los rebeldes con un intenso fuego de artillería que cesó recién a las 10hs ante la presencia del  capitán Hunn de la fragata británica Tweed. Este último, actuando como mediador le presentó la rendición del  Presidente  rebelde Manoel de Carvalho Paes de Andrade. Jewett se inclinaba hacia una tregua a la cual el General Lima  e Silva se oponía firmemente.

El 25 de septiembre de 1824, Lord Cochrane regresó a Recife abordo del Pedro I y recibió 2 un reporte completo de Jewett. Lima e Silva celebró la Victoria invitando a David Jewett a un Te Deum que se llevó a cabo en la catedral de Olinda.

La victoria no le impidió a Jewett señalar acciones que le parecían impropias de oficiales navales. Como resultado de esto el 8 de octubre de 1824 elevó un informe al Ministro de Marina parte del cual decía lo siguiente:

Lamento informarle que tres oficiales abordos estaban tan entusiasmados por luchar por el honor de su Majestad Imperial como por obtener beneficios propios. Cedieron a la avaricia pensando que sus actos serían justificados por el apoyo que le dieron a sus superiores en Maranãho. Se apartaron del elevado camino del honor el cual debe ser obligatorio para cualquier oficial naval ó ciudadano que se considere digno de servir a su Majestad Imperial protector de su pueblo y del honor del Imperio. Por ende espero que su Excelencia, Consejero y Ministro conocidos por su correcto sentido de la justicia tomen en cuenta este relato por el bien de su Majestad Imperial y la gloria de sus fuerzas armas y apliquen este mismo celo para castigar el vicio y proteger la virtud.

El 12 de noviembre de 1824, Cochrane después de su proclama a los habitantes de Itaqui designó a Jewett como Jefe de las Fuerzas Navales a bordo del Pedro I  según un documento firmado por su secretario William Jackson. El 2 de diciembre, Jewett fue designado Jefe de División de la Marina Imperial y General de las Fuerzas de la Provincia de Maranãho. David Jewett pudo detectar precozmente y abortar un ataque a los Cuarteles Generales del Palacio por parte del Presidente Bruce cuya intención era asesinar a Lord Cochrane.



                                      Las principales campañas militares de David Jewett en el Imperio del Brasil


Casamiento de David Jewett

Siendo Almirante y Comandante en Jefe Jewett fue enviado por el Emperador de Brasil  a New York el 8 de julio de 1826 para supervisar la construcción de dos fragatas para su gobierno .El 28 de noviembre de ese año contrajo enlace con Eliza McTiers viuda de Henry McTiers quien había fallecido por difteria el 11 de abril de 1823. Tuvieron un solo hijo, el Reverendo Augustine David Lawrence Jewett, D.D. (1830-1880).

La Guerra Cisplatina ( 1825-1828 )

El 10 de abril de 1826, David Jewett fue designado como Segundo Comandante de la Marina Imperial brasilera sustituyendo al contralmirante Diego de Brito quien había retornado inesperadamente a Río de Janeiro  por problemas de salud. Dos días más tarde Jewett se declaró enfermo rehusando tomar parte en la guerra contra las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Quizás podamos aplicar aquí lo que von Hindenburg dijo muchos años después “ La lealtad constituye la médula del honor “ ( Paul von Hindenburg -Out of my Life, 1920. ) y no hay dudas de que Jewett era un hombre de honor.

En julio de 1827, Bernardino Rivadavia dejó la presidencia y cuatro meses más tarde David Jewett fue designado Jefe de División de la Côrte de Leste.

David Jewett y el tráfico de esclavos

El 3 de noviembre de 1827 Jewett comandó una división cuya misión era doble: por un lado proteger el comercio británico y por el otro evitar el tráfico de esclavos procedente de la costa africana ( Costa do Leste ) . Esta misión concluyó el 12 de diciembre de ese año.

 

Ultimas misiones de David Jewett

Jewett estuvo de licencia en los EE.UU. desde el 13 de diciembre de 1828 hasta el 15 de agosto de 1830. El 17 de septiembre de 1831 Jewett se desempeñó como Ministro de Asuntos Comerciales del Imperio de Brasil. Según documentos navales brasileros, David Jewett fue designado Comandante de la fragata Constituiçāo y comandante de Puerto el 14 de octubre de 1831 desembarcando el  18 de ese mes. Desde esta ultima fecha hasta el 18 de noviembre de 1831 Jewett fue designado Inspector Provisional del Arsenal de  la Marina Brasilera dejando el Comando de Puerto el 28 de febrero de 1832.

 El 27 de junio de 1836 Jewett propuso sin éxito la construcción de un navío a vapor para la Marina Brasilera. David Jewett se retiró a los 64 años después de 14 años de una carrera brillante ingresando posteriormente a una orden religiosa.

Fallecimiento de David Jewett

David Jewett prefirió pasar los últimos días de su vida en Río de Janeiro. Falleció el 26 de julio de 1842 a los 70 años de edad. Su querida esposa Eliza Mc Tiers falleció pocos meses después. Jewett fue enterrado en el  Cementerio of São Fracisco de Paula  ( fosa Nº 56 ) vestido en su uniforme de la marina brasilera. En 1850 el cuerpo de Jewett y los restos de otros venerables sacerdotes de la Irmandade dos Mínimos de São Fracisco de Paula fueron trasladados al nuevo Cementerio de Cotumbí ( Río de Janeiro ).




                                       Certificado de defunción de David Jewett

  Certificado de defunción emitido por el  Cementerio de  São Fracisco de Paula-  Río de Janeiro- Brasil

‘El 27 de julio de 1842,nos traen en un ataúd y vestido en uniforme a nuestro hermano David Jewett Jefe de División el cual nos es recomendado por nuestro Reverendo Jefe y otros sacerdotes. Concurren otros asistentes al entierro. Se encuentra enterrado en la tumba Nº 56.


Descendientes de David Jewett

El Sr. Dave Jewett, con quien tengo una amistad de varios años,  tiene 82 años y esta jubilado hace 20 años de la industria del seguro. Se encargaba de redactar las pólizas para conductores de alto riesgo. Actualmente vive en Willow Ranch, Sunnyvale, California. Esta casado con Josie (75). Tuvieron un hijo Larry, quien con su esposa Pam tuvieron a las mellizas Nicole y Michelle y una hija Heather casada con David y padres de dos adolescentes.

El árbol genealógico de su familia que lo vincula al Almirante David Jewett fue publicado oportunamente por The Society of Mayflower Descendants.7,8,9

 


                  El Sr. Dave Jewett y el cuadro de su ancestro el Almirante David Jewett.

      El cuadro es una copia del original existente en The Rowley Public Library de Massachusetts

      Foto tomada  en 2014 cuando se mudó de Washington para vivir cerca de su hija.(Gentileza de Dave Jewett)




 Fotografía tomada en 2009 durante el casamiento de unos primos de Dave Jewett . (Gentileza Dave Jewett)



Palabras finales

 

Quien se tome la molestia de leer con profundidad la vida completa de David Jewett se dará cuenta de que sin duda era un hombre de honor 1. Aparte de su  experiencia como Comandante de la Armada de EE.UU. desde el 6 de abril de 1779 hasta el 3 de junio de 1801 fue considerado un heroe por la Armada Argentina y Brasilera. En el 2007, autores británicos intentaron infructuosamente de rescribir la historia de las islas Malvinas 6 con la consiguiente respuesta por parte de afamados académicos argentinos 3. Dejaré este tema histórico en manos de los expertos.

 No obstante, me veo en la obligación de señalar algunos hechos pues involucran el honor de un oficial naval.  Ciertos autores británicos se apoyan en tres puntos para denigrar la vida del Almirante Jewett.

 La primera es rotularlo de pirata en vez de corsario por los eventos acaecidos con la fragata portuguesa Carlota y la fragata estadounidense Ramper. Ya hemos visto las circunstancias de la fragata Carlota según la descripción del Teniente Coronel y Comandante Guillermo Mason (marino argentino de origen inglés que sucedió a Jewett) que lo obligaran a actuar de esa manera.

 En lo referente a la goleta estadounidense  Ramper, comandada por Tomas Feren,  la misma había zarpado el 1º de diciembre de 1820 de Lima y se dirigía a Cádiz, transportando mercadería de los realistas. Su captura ciertamente no fue un acto de desesperación. Fue denunciado como un acto irregular nada menos que por John Murray Forbes.

 ¿Por qué los autores británicos  señalan este punto? Sencillamente porque un anuncio (mantenido en secreto) por un pirata pondría en duda la validez del reclamo territorial.

La segunda es que según refieren que no existe una constancia escrita de que Jewett recibiera indicaciones especiales de tomar posesión de las islas. Tampoco se puede demostrar que no las haya recibido verbalmente. Jewett escribió que las islas nos pertenecían por ley natural.

 

Tercero: Que la toma de posesión de las islas haya sido publicada por el Argos recién en 1821 es algo totalmente irrelevante. Que Buenos Ayres no haya hecho el anuncio oficial no le quita validez y que Gran Bretaña no tuviera en esos momentos los canales adecuados para una reacción es un argumento pueril.

 Quiero hacer notar otros puntos:

 Los autores británicos describen la zarpada de Jewett el 21 de marzo de 1820 en busca de victimas españolas. Los navíos de guerra españoles (como la fragata Santander) no eran precisamente víctimas.

2.      Describen despectivamente que Jewett vegetó en Malvinas cuando en realidad estaba tratando de recuperar su tripulación seriamente afectada de escorbuto, hecho que fue descripto hasta por el propio Capitán James Weddell quien tuvo en todo momento una honorable actitud.



                                             Escorbuto-  Admiralty Library-Naval Historical Branch-BBC News Mundo

                                                   https://www.bbc.com/mundo/noticias-37552593

En este Asunto Inconcluso 5 , la familia Jewett puede estar muy orgullosa de su ancestro quien despierta los mayores sentimientos de gratitud y respeto en Sud America.

 

Bibliografía

 

1-Gerding, Eduardo C.-La saga de David Jewett-Instituto de Publicaciones Navales, 2006. Publicado en inglés como The Quest of David Jewett (Bookends,232 E. Ridgewood Ave. Ridgewood NJ).Seleccionado en el Simposio de Historia Naval de 2007 llevado a cabo en  la Academia Naval de EE.UU. (Annapolis, Maryland).

2-Invasión lusobrasileña (28 de agosto de 1816 al 22 de enero de 1820)-Wikipedia.

3-Kohen, Marcelo Gustavo Profesor, Rodriguez, Facundo Daniel-The Malvinas/Falklands between history and law: Refutation of the British pamphlet : Getting it right: The real history of the Falklands/Malvinas .

https://www.amazon.com/-/es/Prof-Marcelo-Gustavo-Kohen/dp/1973746476

4-Lima González Bonorino, Jorge F. –La Fragata La Heroína. Buque corsario al servicio del gobierno de las Provincias Unidas de Sud America. Revista Cruz de Sur, Número 27, Especial Año VIII, 9 de marzo de 2018.

5-McGuirk, Bernard-Falklands-Malvinas: An unfinished business.

https://www.amazon.com/-/es/Bernard-McGuirk-ebook/dp/B086JQ9FV7

6-Pascoe Graham , Pepper, Peter-Getting it right: the real history of the Falklands/Malvinas. A reply to the Argentine seminar of 3 December 2007, 2008.

https://www.yumpu.com/en/document/view/30389623/getting-it-right

7-Society of Mayflower descendants-Application for Membership-George Thomas Lawrence Jewett.

8-The Jewett family-Year book of 1911-Published by The Jewett family of America, Rowley, Massachussetts.

https://www.jewett.org/jfa_backissues/jfa_yearbook_1911.pdf

9-Winkler, Dave, PhD-Staff Historian-Naval Historical Foundation, USA (Comunicación personal).

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