LA POSTAL DEL CANBERRA
Ingeniero Forestal
Germán Andrés STOESSEL
Este relato,
no es un cuento, menos aún una ficción. Es una historia rescatada del olvido,
que en este caso, no comienza un 2 de Abril. Inicia un 28 de Mayo, o también un
31 de Mayo, y para muchos, un 14 de Junio de 1982.
Es una
historia, que comenzó como una, pero como en una red de sucesos y gestos, se
hizo muchas.
Este relato,
está en desarrollo, se incorporan nuevos testimonios y honestamente, no sé cuántas
partes tendrá. Ahí vamos.
Parte 1. Brian, baterista y Royal Marine
Cuando el
británico Brian Short se enlistó, su pasión por la percusión lo llevó a
integrar la Banda de los Royal Marines (Royal
Marines Band Service o Commando
Forces Band, como era conocida), y jamás pensó que su pasión por la música
(junto a un pasado familiar ligado a los RM) lo llevaría a participar en una
guerra. Una guerra que ocurriría lejos de su base en Plymouth, en unas islas
que muchos no sabían ubicar en el mapa: Las Islas Malvinas.
Toda la “Commando Forces Band”, fue notificada de
su despliegue al Atlántico Sur, con un nuevo rol de guerra: integrar el
Escuadrón Medico de la Royal Navy.
Partieron el 9 de abril, en un transatlántico
recientemente requisado: el SS Canberra.
Estas nuevas funciones, representaban más que nada una aventura, ya que muchos
de ellos, consideraban que el asunto no pasaría a mayores y se resolvería
pronto.
Estaban equivocados.
Helicóptero Westland Wessex cargando pertrechos sobre el helipuerto
construido sobre la piscina del SS
Canberra
Parte 2. La Guerra es real
El SS
Canberra, era un crucero de pasajeros (impulsado por turbinas de vapor, por
eso SS, Steam Ship) que fue requisado
por las fuerzas británicas y re comisionado (con su tripulación civil a bordo)
para transportar tropas al Atlántico Sur. La orden llegó cuando se encontraba
en el Mediterráneo y debería dirigirse a Southampton para su nueva misión.
Luego
de 17000 km de navegación, las rutinas musicales, los ejercicios y
preparativos, cesaron. Habían llegado a Malvinas. El SS Canberra integró la fuerza naval que el 21 de mayo desembarcó
en San Carlos.
Durante los días siguientes, los músicos bajarían pertrechos y recibirían
heridos. Ahora, como parte del Escuadrón Medico, estaban bajo las órdenes del
Cirujano Comandante Dr. Rick Jolly, quien trasladó parte de las instalaciones
del Canberra, al hospital improvisado en Ajax Bay.
Estos músicos transformados en personal
de asistencia ahora tenían que recibir los cuerpos de marines con los que
habían compartido el viaje. La guerra, era real y muy cercana. Pudieron
presenciar la temeridad de los pilotos argentinos en sus ataques aéreos y ver
también fragatas hundirse cerca.
Luego del desembarco del 21 de mayo, se
produciría una serie de hechos bien conocidos en la Historia de la Guerra de Malvinas: el enfrentamiento en la altura
234, el avance de paracaidistas británicos y combate sobre Darwin/Pradera del
Ganso.
Muchos de esos combatientes heridos (argentinos, de los Regimientos 25 y 12,
GAA4, RI 8), una vez producida la rendición, serian atendidos por el Capitán Médico
Rick Jolly, y enviados luego, al SS
Canberra.
Lo
mismo ocurriría días después, el 31 de mayo, cuando en Top Malo House se
enfrentan fuerzas especiales: nuestros Soldados de una sección de la Ca
Comandos 602, contra soldados del Cuadro de Guerra de Montaña y Ártico.
Los heridos, fueron trasladados al Hospital en Ajax Bay, y luego al SS Canberra.
La función de Brian ahora, ya no era tocar música, ahora debía recibir y
custodiar al enemigo. Ese enemigo, eran
nuestros soldados, y muchos de ellos, mal heridos.
Es raro, o difícil de entender, pero
esos enemigos estaban luchando y muriendo hacia tan solo unas horas antes y
ahora, compartían un lugar en un crucero de pasajeros, donde los británicos
curaron y custodiaron a los nuestros.
Trayecto cubierto por la Fuerza de
Tareas Británica: Portsmouth - Isla Ascensión - Islas Malvinas. Aproximadamente
17000 km de navegación.
Cabo Brian Short, custodiando a prisioneros heridos. (Créditos de la imagen: Brian Short)
Heridos argentinos, en el SS Canberra.De izquierda a derecha: Tte.
Humberto Martínez, Teniente 1° Luis Brun, Sargento 1° Humberto Medina. Integrantes
de la sección del Cap. Vercesi, de la Ca Comandos 602 que combatieron en Top
Malo House. Los atiende el Dr. Mayner. Imagen de los primeros días de junio.(imagen recibida de Luis Brun, autor
desconocido)
Parte 3. Rumbo a Puerto Madryn: con cicatrices en
el cuerpo y heridas en el alma
Para los días 10-11 de junio comenzaron
los ataques finales de las fuerzas británicas, sobre el cerco defensivo
rodeando Puerto Argentino. En estas fechas y hasta el 14 de junio, se
sucedieron los combates en Monte Harriet, Williams, Dos Hermanas, Tumbledown,
Longdon, Sapper Hill y Wireless Ridge. Luego de cruentos combates, todo
terminaría con la rendición argentina el 14 de junio.
Posteriormente, los prisioneros se
reunirían en la zona de la BAM Malvinas (el aeropuerto).
La capacidad del SS Canberra era de
3351 pasajeros, y tenía a bordo luego de esa fecha, 4.144 prisioneros
argentinos, sumados a su tripulación civil y personal militar británico.
El interior del crucero pasó de tener
dos restaurants y varias pistas de baile, a tener salas con camas y dos equipos
quirúrgicos, donde se realizaron 84 operaciones (en soldados heridos de ambos
bandos). En esas cirugías, intervino el cirujano Dr. Peter Mayner y su equipo.
Debido a los combates, parte de las
reservas del banco de sangre, debieron ser llevadas a tierra por el Equipo Quirúrgico de Campo, por lo que
la falta de sangre en el Canberra, se
pudo resolver, porque los prisioneros de guerra argentinos ofrecieron ser
donantes de sangre.
Mientras tanto, Brian y su banda,
alternarían rutinas musicales con la guardia de prisioneros y esto lo llevaría
a intercambiar palabras con algunos que hablaban inglés, con otros que pedían
cigarrillos, y con otros que hablarían de sus lugares de origen y sus familias.
Para el sábado 19 de Junio, el capitán
del SS Canberra, D.J. Scott Mason
(*), divisó las costas patagónicas, e izando la bandera argentina en lo más
alto, finalmente atracó en el muelle Alte. Storni de Puerto Madryn, en Chubut.
(**)
Solo quedaba una cosa más: antes de
descender por las escalinatas hacia el muelle, Brian le pediría al grupo de
prisioneros que custodió, que le firmen un recuerdo de su paso por la guerra.
Tomó un Menú y allí, más de 20 soldados argentinos firmaron aquel papel: La Postal del Canberra.
Así descendieron aquellos, nuestros
soldados, con cicatrices en el cuerpo y heridas en el alma.
Pasarían 38 años, para volver a tener
noticias de ellos.
(*)
Capitán Dennis John Scott Mason, Capitán del SS Canberra durante el conflicto de 1982. Línea de cruceros P&O. Martin Reed, Capitán de Marina Mercante,
Oficial en Jefe del SS Canberra durante
1982.
(**) Ese 19 de Junio, se dio uno de los episodios más emotivos, cuando la
población de Puerto Madryn se reunió a recibir a nuestros soldados, y los
recibió con pan y banderas.
https://www.infobae.com/sociedad/2019/06/19/el-dia-que-madryn-se-quedo-sin-pan-a-37-anos-del-conmovedor-regreso-de-los-soldados-de-malvinas-al-continente/
El 19 de Junio de 1982, el cabo
Brian Short les pidió a los soldados que el mismo custodió, una firma, un
recuerdo. Allí quedaron los nombres de más de 20 soldados, que por más de 38
años, quedarían en el tiempo. (Crédito de
la imagen: Brian Short)
Puerto Madryn desde la cubierta del SS Canberra. 19 de Junio de 1982. (Crédito de la imagen a quien corresponda)
El SS Canberra aproximándose a Puerto Madryn, escoltado por
el Destructor tipo 42 ARA Santísima
Trinidad. 19 de Junio de 1982. (Crédito de la imagen a quien corresponda)
Parte 4. Esta es la historia de Ariel,
un soldado de Mar del Plata.
Ariel Darío Tascón fue un soldado
conscripto, del Grupo de Artillería de Defensa Aérea 601, y en Malvinas integró
la dotación la 1ª Sección de la Batería de Tiro “A”, la cual operaba un cañón
bitubo Oerlikon de 35 mm, junto a un director de Tiro Skyguard. Estaban al
mando del Teniente de Artillería Alejandro Dachary.
Durante la tarde del 2 de junio,
ocuparon una nueva posición, aferrándose a la fría y húmeda turba, en las
afueras de Puerto Argentino.
En la madrugada del 3 de Junio, un bombardero Avro Vulcan británico que había
partido de la Isla Ascensión, ya sobrevolaba un cielo bajo y cerrado, sobre
Puerto Argentino. Estaba equipado con misiles antirradar Shrike, que captaron
la débil señal del director de tiro Skyguard del Tte. Dachary. Estaban en la
mira.
Esa madrugada, Ariel Tascon estaba de
guardia y fue relevado a las 6:17 por el soldado Silva. Se escuchó tras ese
cielo cerrado a un avión (fuera del alcance de la artillería) y a las 6:20 el
estruendoso impacto del misil en el lugar que hasta hacia minutos Ariel
ocupaba.
El director de tiro Skyguard había sido
destruido, y en el perdieron la vida: Tte. Alejandro Dachary, Sargento 1° Rene
P. Blanco, y los soldados Oscar Daniel Diarte y Jorge Alberto Llamas.
En los días posteriores, la dotación
debió reorganizarse y el bitubo Oerlikon de 35 mm siguió operando, pero en
forma manual.
Con el pasar de los días, muchos
soldados estaban realmente complicados por la exposición al ambiente insular:
continuo frio y humedad, lo que para muchos derivó en pie de trinchera. Y Ariel
Tascon, era uno de ellos.
El día final, 14 de Junio, lo
encontraría arrastrando su pie izquierdo completamente engangrenado.
El 16 de junio, fue trasladado al SS Canberra, en un jeep junto a otros
heridos, y allí, el Dr. Mayner se encargó de comenzar el tratamiento de su pie
izquierdo.
Director de Tiro Skyguard y su dotación. Desde la izquierda: Sgto. Micheli, Soldado Jorge Llamas, Teniente Dachary, Sgto. Rene P. Blanco (en la escalera), y detrás de él, el soldado Oscar Diarte. (Créditos de la imagen a quien corresponda)
Cañón
de 35 mm bitubo Oerlikon. 1a Sección Batería de Tiro "B", GADA 601,
emplazado al noreste del Cerro Zapador (Sapper Hill). (Créditos de la imagen a quien corresponda)
Parte 5. Dicen que el tiempo cura
las heridas.
Bien, cuando encontré la postal de
Brian Short, el siguiente paso era ¡buscarlo! Brian se mostró sorprendido de
que alguien de Argentina lo contactara.
Luego, al primer VGM que busqué fue a
Ariel Tascón, por la contundencia y claridad de su mensaje:
“Para un
amigo inglés: que la guerra no haya sido motivo de cualquier resquemor entre
nosotros” Ariel J. Tascón, 19/6/82.
“Estoy fascinado al escuchar que
alguien del lado argentino, haya visto la postal que firmó tantos años atrás, y
estaría agradecido de poder contactarlo” escribió Brian.
En sus días a bordo del SS Canberra, a Ariel lo sorprendió la
cordialidad y el trato respetuoso, el trato humano y sin rencor, de parte del
personal médico, y del personal civil, como así también el trato de los músicos
armados (los Royal Marines).
Por eso, ese 19 de junio de 1982, antes
de desembarcar en Puerto Madryn, Ariel tomó una postal y una lapicera, y le
pidió a los Royal Marines que la firmaran de recuerdo. Todos firmaron. Hizo lo
mismo que Brian Short.
Es increíble, ¿no?
Luego, Ariel fue traslado al Hospital
Militar de Campo de Mayo, donde estuvo internado y continuaron las curaciones y
se le practicaron injertos de piel, hasta lograr la recuperación de su pie.
Tuvo suerte y buena atención médica.
Dicen que el tiempo cura las heridas.
Ariel pudo viajar junto a su familia, a las Islas Malvinas en el 2018, visitar
su posición, y caminar las tumbas de sus compañeros (en Darwin).
Pero también, hace un mes, pudo
agradecerle al Dr. Mayner las curaciones y los cuidados. Porque al Doctor,
también lo pudimos encontrar.
La postal de Brian
Short, con la firma de Ariel Tascon. 19-6-82. (créditos de la imagen original: Brian Short)
Ficha clínica
de ingreso, confeccionada por personal médico del SS Canberra, del soldado Argentino Ariel Tascon. 19-6-82. (créditos de la imagen: Ariel Tascon)
Sobran las palabras.
El VGM Ariel
Tascon, en las
Islas Malvinas junto a sus hijos.
(Créditos
de la imagen: Ariel Tascon)
Parte 6. Jorge Marchesini, de Saavedra a Pradera
del Ganso
“Nací soldado, en mi casa natal en
el Barrio de Saavedra en Capital Federal, armaba batallas con mis soldaditos de
plástico, hasta artillería tenia, un cañón con un resorte que me permitía tirar
pedazos de papel como municiones, impensado que esa batalla en un futuro iba a
hacerse realidad”.
Jorge integró el Regimiento de
Infantería 12 General Arenales, como parte de la Fuerza de Tareas Mercedes,
cuya misión era la defensa de Darwin Pradera del Ganso y proporcionar defensa a
la Base Aérea Cóndor ubicada en la misma zona.
El 28 de Mayo por la mañana los
ingleses sostenían su ataque sobre Darwin, por lo que una sección de la
compañía Comando y Servicios del RI 12 se organizó como infantería y combatió
en esa zona. En esa fría mañana, un Pucará de la Base Aérea Militar Malvinas,
descargó sus cohetes haciendo blanco sobre los infantes británicos del Regimiento
2 de Paracaidistas.
¡Vamos carajo! ¡Viva la Patria! Vivaron
los infantes del RI12, al valiente piloto que pasó rasante sobre sus cabezas.
Pero, en los minutos siguientes la zona
seria batida por morteros y fuego de artillería enemigos, y una lluvia de
metralla y esquirlas, alcanza a los combatientes del RI12. Todo es humo,
confusión y sangre en esa mañana fría del 28 de Mayo.
A Jorge Marchesini, un Cabo 1°,
abastecedor de munición, una esquirla lo impacta en su brazo izquierdo y le
provoca una profunda herida, con un intenso sangrado. Intenta replegarse, pero
un camarada lo auxilia tomándolo del brazo derecho y lo carga en una ambulancia
y lo lleva a la enfermería en Darwin.
Durante la madrugada del 29 de mayo, a
pesar del enorme esfuerzo y sacrificio hecho, se resuelve el cese de fuego y
rendición de la Guarnición de Pradera del Ganso. Los heridos son trasladados en
helicópteros Sea King a la cabeza de playa británica en el estrecho de San
Carlos, y en el trayecto de descenso, Jorge observa desde las alturas las
fragatas humeando, alcanzadas por un ataque aéreo argentino.
Una vez descendidos y estando en una
camilla, un enfermero ingles le pregunta a Jorge si es alérgico a la
penicilina, a lo que Jorge le dice que “No” y este le inyecta el antibiótico en
la pierna. Algo más tranquilo, es trasladado al SS Canberra junto otros heridos, argentinos y británicos.
En el SS Canberra, Jorge fue operado de su brazo, y recuerda la cara de
las enfermeras: “con sus barbijos en el ingreso al quirófano, con la cara de
bronca que me miraban, el cirujano antes de que me anestesien, creo que se dio
cuenta de mi nerviosismo y me tomo la mano y me dijo que me quede tranquilo,
acompañando sus palabras con el gesto del pulgar hacia arriba, era el doctor
Peter Mayner”.
Hoy, a la distancia inexorable del tiempo, Jorge no está seguro de los rostros
o los nombres, pero en varias comunicaciones telefónicas, comparte conmigo
detalles aislados y recuerdos plenamente detallados, en los que pareciera
olerse el humo o escucharse las detonaciones. Pero también, Jorge sería el
primero en mencionar a dos personas, un hombre y una mujer, un matrimonio:
“Después de
la cirugía, tuve contacto con dos almas extraordinariamente bondadosas, que
estoy plenamente seguro, marcaron mi recuperación tanto física como psíquica,
el matrimonio Taylor: Frank y Anna, nos hicieron sentir que la guerra ahí ya no
existía, nos cuidaron como si fuéramos sus hijos, incluso enseñándonos a agradecer”.
Compañía Servicios RI12. (Créditos de la imagen: Imágenes de la Guerra de Malvinas)
Parte 7. El puesto ovejero: Top Malo
House
Uno de esos comandos heridos, el Tte.
Luis Brun firmó la “Postal del Canberra”, y decidí llamarlo. Su relato del
combate simplemente eriza los pelos:
“Con el Tte. Espinosa estábamos en la
parte de arriba de la casa, Espinosa vio a los ingleses venir, dio la voz de
alarma y abrió fuego. Espinosa atrajo el fuego enemigo, y recibió el impacto
directo de un lanzacohete, que lo desintegró. La explosión me despidió a un
costado. Fui herido en la pierna y en la espalda. Al finalizar el combate,
fuimos evacuados en helicóptero a Ajax Bay. En ese vuelo, mi cabeza iba apoyada
sobre el cuerpo del Sargento Sbert, que había muerto combatiendo. Al llegar al
Hospital de campaña, fui operado por el Dr. Rick Jolly, un verdadero
profesional.”
Como en los casos anteriores, me
sorprende la predisposición de este soldado. Recuerdos nítidos y claros de un
caos pasado, que no se olvida jamás.
Promediando la charla, de su paso por
el Canberra rescata lo siguiente:
“en una cama cercana a la mía, había un
muchacho muy mal herido. Había sobrevivido a una explosión, tenía una mano muy
lastimada y le habían amputado una pierna desde bien arriba (*). Todos los
días, una mujer y su marido lo atendían: le limpiaban las manos, le limpiaban
su lugar, le hablaban y llevaban alimentos”.
Luis Brun no recordaba los nombres, pero se refería al soldado clase 63 Raúl
Américo Vallejos, y a los Taylor.
En Top Malo House, un 31 de Mayo de
1982, perdieron la vida en combate: Tte. Ernesto Emilio Espinosa y Sgto 1°
Mateo Antonio Sbert. Ambos recibieron póstumamente
la condecoración “La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate” por
la siguiente causa: “Voluntariamente
proteger el repliegue de sus camaradas cuando integraba una patrulla de
exploración adelantada y, ante un ataque notoriamente superior en efectivos y
personal, combatir hasta lograr, merced al sacrificio de su vida, el
cumplimiento de su misión”.
Quien fuera el Jefe de esa Sección de
Comandos, el Capitán José Vercesi, resalta: “Una
vez finalizado el combate, el enemigo mantuvo un trato correcto dando especial
atención y primeros auxilios a los heridos.” (**)
Y agrega: “Finalizado el combate, el
Sargento 1° Pedroso se hace reconocer como enfermero. No disponía de los elementos necesarios para
desempeñarse como tal, pero usando lo de los ingleses colaboró en forma
eficiente con los heridos propios.”
Esos fueron los hombres de la Ca Com
602, en Top Malo House.
(*) Raúl Américo Vallejos fue gravemente herido (junto a otros), en un
controversial hecho: una vez finalizado el combate de Pradera del Ganso, ya
prisioneros, fueron obligados a trasladar munición y explosivos, que
estallaron. Dicha actividad está prohibida según la Convención de Ginebra. En
ese hecho, perdieron la vida los soldados Martín Flores, Rafael Barrios y José
Ferraú
(**) Heridos
de la 2ª Sección de la Ca Comandos 602:
-Tte. 1°
Brun: Corte profundo en la frente por esquirla, contusiones por caída de 5 mts,
ceguera temporal, herida en la espalda por Gr Fusil 40 mm, herida de bala en la
pantorrilla.
-Tte.
Martínez: herida de bala en el pie.
-Sarg 1°
Helguero: herida de bala en el pecho y esquirlas de granada de fusil.
-Tte. 1°
Losito: herida de esquirla 40 mm profunda, herida de bala en el muslo derecho,
herida de bala en el estómago.
- Sarg 1°
Medina: herida profunda en la pierna izquierda por granada de 40 mm.
- Cbo
Valdivieso y Cbo Delgadillo: heridas menores en los miembros inferiores.
Y
Tte. 1° Luis Brun, herido, es evacuado por personal británico. 31 de Mayo
de 1982. (Crédito de la imagen: fragmento de
documental BBC)
Algunos integrantes de la 2a Sección Ca Cdo(s) 602, luego del combate en
Top Malo House, ya prisioneros. 31 de Mayo de 1982. (Créditos de la imagen:
Operación Malvinas)
Otro Angulo de la imagen anterior. Algunos integrantes de la 2a Sección
Ca Cdo(s) 602, luego del combate en Top Malo House, ya prisioneros. 31 de Mayo
de 1982. (Créditos de la imagen: Operación Malvinas)
Tte. Humberto Martínez, Tte. 1° Luis Brun, Sgto 1° Humberto Medina (al
fondo), siendo atendidos por el Dr. Peter Mayner, a bordo del Canberra. (Créditos de la imagen a quien corresponda).
El puesto ovejero en el arroyo Top Malo. (Créditos de la imagen a quien
corresponda.)
El puesto ovejero en el arroyo Top Malo, aun humeando. Ese lugar, es la
tumba de guerra del Tte. Espinosa. Sus restos se mezclaron con el terreno. (Créditos
de la imagen a quien corresponda.)
Top Malo House, hoy. (Créditos de la imagen: Operación Malvinas)
Parte 8. ¿Quiénes eran los Taylor?
Cuando hablé con el Veterano Jorge
Marchesini -y en la medida que los recuerdos fueron asomando- él dijo
claramente:
“Después de la cirugía, tuve contacto
con dos almas extraordinariamente bondadosas, que estoy plenamente seguro,
marcaron mi recuperación tanto física como psíquica, el matrimonio Taylor:
Frank y Anna”.
Luego, el Veterano Luis Brun -a su
tiempo- traería un recuerdo similar:
“en una cama cercana a la mía, había un
muchacho muy mal herido. Había sobrevivido a una explosión, tenía una mano muy
lastimada y le habían amputado una pierna desde bien arriba. Todos los días,
una mujer y su marido lo atendían: le limpiaban las manos, le limpiaban su
lugar, le hablaban y llevaban alimentos”.
Aquel muchacho al que se refería Brun, el soldado Raúl Américo Vallejos, es un
Veterano chaqueño de bajo perfil, pero con una memoria muy buena y generosa.
Compartió sus vivencias, y dijo claramente:
Estos relatos recurrentes me llevaron a buscar: al matrimonio Taylor y al Dr. Peter Mayner. Felizmente (y más rápido de lo que pensé) pude dar con parte de la tripulación del Canberra, que junto al cabo Brian Short, fueron a las Islas Malvinas como parte de la Operación Corporate en 1982. Ellos fueron el nexo con el Dr. Mayn“Frank y Ana me ayudaron mucho en el Canberra: me cuidaron, me calmaron, me limpiaron las heridas y trataban de hablar conmigo. Después de la guerra, nos escribimos, pero perdimos contacto.”
Estos relatos recurrentes me llevaron a
buscar: al matrimonio Taylor y al Dr. Peter Mayner. Felizmente (y más rápido de
lo que pensé) pude dar con parte de la tripulación del Canberra, que junto al
cabo Brian Short, fueron a las Islas Malvinas como parte de la Operación Corporate en 1982. Ellos
fueron el nexo con el Dr. Mayner y los Taylor.
Frank
y Anna, son un matrimonio mayor, y fueron parte de la tripulación civil de ese
crucero de línea, el Canberra. Siguen juntos, y están sorprendidos de saber que
aquellos jóvenes heridos, nuestros Soldados, aún los recuerdan.
El VGM Jorge Marchesini, por su parte,
guardaba una carta de los Taylor, ya que habían prometido escribirle y así lo
habían hecho. Lamentablemente, la perdió en 1984 y con ella, la dirección.
Pero, ahora, a 38 años de verse herido y regresando al continente, recibió
correspondencia de los Taylor: una foto a bordo del Canberra.
De
izquierda a derecha: Subteniente Duran, Tte. Humberto Martínez, Cabo 1°Jorge
Marchesini, Cabo Darío Hernández. Imagen tomada
por Frank Taylor, y enviada al VGM Jorge Marchesini, 38 años después.
Parte 9. ¡Ese soy yo!
Cuando el VGM Jorge Marchesini recibió
un correo electrónico de Frank Taylor, se sorprendió al ver una foto que no
recordaba. Al verse, se reconoció y me la envió (*).
Le pedí al equipo de la página
“Operación Malvinas” colaboración para publicar la foto para ver si había
alguna pista sobre esos combatientes de Malvinas. Para sorpresa, un mensaje
apareció, casi de inmediato:
“Ese soy
yo!”
El mensaje era del VGM Darío Hernández,
quien por años se buscó en alguna foto -sin suerte- hasta esa tarde.
El VGM Darío Hernández vuelve atrás en
el tiempo y cuenta que participó de esta noble Gesta, con 17 años, como
aspirante a Cabo de Intendencia, egresando anticipadamente de la Escuela de
Suboficiales Gral. Lemos. Llegó el 25 de abril a las Islas Malvinas, integrando
las filas del Regimiento de Infantería 12, como Cabo de la Compañía Comando y
Servicios (bajo las órdenes del Sub Teniente Ernesto O. Peluffo).
¡Cúbranme!
El 28 de Mayo de 1982, los paracaidistas británicos avanzaban lentamente hacia
Darwin, enfrentando a los infantes del Regimiento de Infantería 12.
En una pausa del combate, el joven cabo
Darío Hernández escucha gritos de auxilio de un soldado herido. En este choque
de infantería y posterior repliegue, no todos pudieron quedar a resguardo. Es
que la zona de Darwin y Pradera del ganso no tiene rocas, es un ondulado y
bello pastizal que, en esta ocasión, fue escenario de valientes.
El cabo Hernández decidió abandonar su
posición en el pozo de zorro, para salir en su auxilio y les dijo a sus
soldados: “¡Cúbranme!”.
El combate se reanuda, encontrando al
cabo Hernández al descubierto, momento en que es alcanzado por fuego de
morteros. Había quedado al alcance de los paracaidistas británicos.
Cayó herido en sus piernas por
esquirlas. Aturdido y sangrando, trata de ubicarse y localizar a ese soldado
por el cual salió de su pozo. Pero, sus gritos ya habían cesado, yacía con sus
ojos abiertos, tendido en ese bello pastizal.
Como puede, trata de incorporarse y
volver a su posición. Los británicos lentamente consolidan su avance en duros
enfrentamientos diurnos contra los infantes argentinos de los regimientos 12, 8
y 25.
Una vez que cae la guarnición
Darwin/Pradera del Ganso, son tomados prisioneros y conducidos marchando. El cabo
Hernández se desvaneció por las pérdidas de sangre y permaneció una noche a la
intemperie (**).
Al día siguiente, “tropa fresca”
británica llega y traslada en helicóptero a los heridos a Ajax Bay, donde es
operado por el Capitán Medico Rick Jolly y su equipo. El 4 de junio, es
trasladado al SS Canberra, donde es
revisado nuevamente, y ante una infección, vuelve a ser operado.
De su paso por el SS Canberra, el hoy VGM Darío Hernández recuerda que el trato fue
humanitario, y según sus palabras: excelente, y opuesto al mal trato recibido
cuando fue hecho prisionero: “No les
guardo rencor, ni odio. Los hubiera tratado igual”.
A 38 años, rememora especialmente a dos
personas: Frank y Anna Taylor, quienes lo atendieron, lo curaron y hasta le
dieron un bastón para poder caminar.
“No se mide
la valentía de un hombre por la edad”
(**) La noche del 28 al 29 de mayo,
varios heridos pasaron la noche tirados en esa pradera. Entre ellos, el mismo
Jefe la Ca Cdo y Servicios, el Sub Teniente Ernesto O. Peluffo, con una
profunda herida en su cabeza y esquirlas en una pierna.
El cabo (EC) Darío Hernández a bordo del SS
Canberra, junto a otros tres combatientes de Malvinas. Se observa el bastón en
su mano izquierda, obsequio de los Taylor. (foto
tomada por Frank Taylor)
Herido
en ambas piernas, operado dos veces, el VGM Darío Hernández, aún conserva
el bastón que lo ayudo a caminar en aquellos días de Junio de 1982. (Créditos de la imagen: VGM Darío Hernández)
29 de Mayo de 1982, en cercanías de la colina de Darwin, vigilado por paracaidistas británicos, se puede observar al SubTte (EC) Ernesto Orlando Peluffo, tendido en el suelo, con la cabeza vendada, luego de combatir y pasar la noche ahí mismo. En este mismo lugar también estaba el Cabo (EC) Darío Hernández. (Créditos de la imagen a quien corresponda)
El cabo (EC) Darío Hernández, recibió de los Taylor,
no solo un bastón, también papel y lápiz. Allí escribió sus primeras memorias
de guerra, que más de treinta años después, inspirarían su libro "Malvinas, Cicatrices del cuerpo, Heridas del
Alma". (Página 59, menciona a Frank y Anna)
Parte 10. La perspectiva que da el tiempo
Luego de los combates de Darwin y Pradera del Ganso
y luego de pasar la noche a la intemperie, los prisioneros argentinos fueron
recluidos en los galpones de esquila de esa pequeña localidad.
Ante la presencia de gran cantidad de munición y
explosivos, en cercanías de ese galpón -lo que representaba un riesgo- los
británicos ordenaron a prisioneros de guerra argentinos, que los juntaran y
trasladaran a otro lugar. Esa tarea, se le encomendó al Subteniente Leonardo
Durán (*), quien ante el altísimo riesgo que implicaba, inmediatamente intentó
hacer desistir de la misma al superior que se la encomendó, el Mayor A.
Frontera (2° Jefe del RI 12):
“Mire Durán, si no lo hacemos nos sacan del galpón
y se nos pueden morir algunos hombres por el frio”.
Fue así, que ese 1 de junio de 1982, el Subteniente
Duran, sin más opciones, organizó un grupo de soldados y comenzaron con el
traslado de esos cajones de explosivos, siempre con la vigilancia británica a
una prudencial distancia. Luego de algunos viajes, Durán observó como los
soldados que el guiaba, apoyaban un cajón sobre otro, y lo inevitable, ocurrió.
El galpón de esquila se estremeció, y en su
interior nuestros soldados se tiraron al suelo, temiendo un ataque aéreo.
Afuera, la situación era caótica, trágica: humo, gritos y sangre. Durán voló
por los aires y cayó. Aturdido, se levantó como pudo y se aproximó hasta el
galpón de esquila, donde volvió a caer y fue socorrido por sus mismos
compañeros.
La explosión dejó tres soldados muertos: Rafael
Barrios, Víctor Rodríguez y José Ramón Ferrau (que fue ultimado de un disparo
por un británico, mientras ardía en llamas), y varios heridos de distinta
consideración, entre ellos el mismo subteniente Leonardo Durán y los soldados
Raúl Vallejos -que perdió una pierna, Ricardo Pinatti, Ángel Urban, Ricardo Jakuisuk,
Gerardo Fernández, Luis Spinberger, Hugo Duarte, Francisco Ocampo y Martín
Flores (**).
En el Canberra
integró un grupo de cuatro oficiales (junto al Tte. H. Martínez, Tte. 1°. H.
Losito, Tte. 1° L. Brun), y según puede recordar con detalle, el trato fue,
ciertamente áspero desde un principio. Riguroso, pero correcto y respetuoso.
“El trato se distendió relativamente, luego del 14
de junio a partir de la rendición, posteriormente a la anécdota del comandante
del buque informándonos, de impecable uniforme blanco, el final de la guerra,
porque obviamente éramos todos conscientes del significado que conlleva una
rendición. Al punto de que el grupo de oficiales fuimos invitados a recorrer la
cubierta del buque, algo impensado en las horas previas, dónde no sólo se nos
ocultaba la posición de la embarcación, sino también la posibilidad de conocer
las horas de luz y de nocturnidad”.
Durán recuerda claramente que optó por no
familiarizarse con la tripulación, ya que era prisionero de guerra.
AL VGM Leonardo Duran, mi agradecimiento.
(*) Leonardo Durán, marchó a Malvinas en las filas
del Regimiento de Infantería 12 "General Arenales". Su grado militar
era el de Subteniente de Infantería y su rol de combate fue el de jefe de la
Segunda Sección de Tiradores de la Compañía "C", desplegado en los
alrededores del poblado de la Pradera del Ganso.
(**) Este lamentable hecho, quedó asentado en un acta, que confeccionaron los
oficiales del RI12, con los detalles del mismo, las víctimas fatales, heridos y
participantes británicos.
De izquierda a derecha: Subteniente Ricardo Frías, Teniente Carlos
Marturet, Subteniente L. Durán. (Créditos
de la imagen: VGM L. Duran)
Artículo de la Revista Soldados, edición de Marzo de 2018. En este artículo, se puede observar al Dr. Jolly, y al VGM Leonardo Durán, en ocasión de su visita a nuestro país en 1999 cuando fue condecorado con la Orden de Mayo. Ese encuentro, permitió remover varios sentimientos, y agradecer la atención recibida. (Créditos de la imagen: VGM Leonardo Durán)
Pradera del Ganso, Islas Malvinas. Vista actual de los galpones de
esquila donde estuvieron nuestros soldados, ya prisioneros. Imagen propia,
tomada en Marzo de 2018.
Parte 11. Médico
para el amigo y el enemigo
A lo largo de esta recopilación de testimonios, recuerdos y experiencias
de la Gesta de Malvinas, surgieron muchos nombres, pero también Hombres,
definidos por sus convicciones y actitudes.
Es innegable, que uno de esos Hombres, fue el Dr. Rick Jolly.
Muchos de nuestros soldados heridos, fueron atendidos por él y luego
transferidos al SS Canberra.
En Malvinas, se desempeñó como Oficial Medico Superior de la 3ª Brigada
Comando de los Royal Marines, y montó en Bahía Ajax un hospital de campaña
ocupando y adaptando un viejo frigorífico ovino de los ´50.
El mismo lo bautizó “La máquina de vida roja y verde” (por el color de
las boinas de los paracaidistas y los Royal Marines), y el mismo pintó el
cartel de acceso.
Durante las semanas siguientes, el Capitán medico Rick Jolly, y su
equipo de aproximadamente 120 miembros atendieron a más de 1000 soldados,
marineros y aviadores heridos, provenientes de las aguas de San Carlos, Pradera
del Ganso, Monte Harriet, Mont Longdon, Sapper Hill y el Sir Galahad.
De ese número de heridos, 78 fueron soldados argentinos.
Y el primer argentino en ser atendido por parte del Dr. Jolly fue el
teniente Ricardo “Tom” Lucero, piloto de un Skyhawk A4C, siendo el Dr. Jolly el
responsable de hacerle llegar a la esposa de Lucero -Marta Castillo-, un
mensaje: que su marido estaba en buen estado. (*).
Mientras escribo este breve relato, recuerdo una comunicación con el VGM
Luis Brun, que relataba lo siguiente:
Rick Jolly fue condecorado en 1983 con una OBE (Orden del Imperio
Británico), y tiempo después, en 1999, visitó la Argentina con el Príncipe de
Gales y recibió la Orden de Mayo en agradecimiento. La Orden de Mayo es
otorgada exclusivamente a los ciudadanos civiles y militares extranjeros que se
hayan distinguido por sus servicios y obras personales y merezcan la gratitud
de la Nación.
De esta manera, el Dr. Rick Jolly fue el único condecorado por ambos
países.
En ocasión de esa visita, pudo reunirse con algunos de aquellos soldados
que pasaron por el hospital de campaña en Bahía Ajax, el VGM Brig. Tomba, VGM Cnel.
H. Losito, VGM Luis Brun y VGM Leonardo Durán. Esta reunión 17 años después de
una guerra que los tuvo enfrentados, sirvió para repasar juntos los hechos en
los que ambos perdieron camaradas, pero en los que la vida de muchos, dependió
-Dios mediante- de la capacidad y determinación de ese buen hombre.
Finalmente, el 13 de enero de 2018, a la edad de 71 años, el Dr. Jolly
falleció, debido a complicaciones cardiovasculares, en su casa en Torpoint,
Inglaterra.
La gente asume que tienes que odiar a tu enemigo,
pero eso no podría estar más lejos de la verdad. Las únicas personas que saben
por lo que estás pasando son las personas del otro lado. (Rick Jolly, 2012)
(*) El Teniente Lucero pilotaba el A4C matricula C319, indicativo Toro.
El 25 de Mayo de 1982, fue derribado por un misil Rapier, y fue rescatado por
el mismo buque que había atacado con cañones y una bomba, el L-10 HMS Fearless.
Capitán
Medico Rick Jolly, pintando el mismo en el Hospital de campaña en Bahía Ajax.
"Bienvenidos a la máquina de vida roja y verde". (Créditos de la imagen a quien corresponda)
Dr. Rick
Jolly en cirugía (derecha), en Bahía Ajax, 1982.
(Créditos de la imagen a quien corresponda)
Dr. Rick
Jolly (derecha), en la entrada del Hospital de campaña en Bahía Ajax.
(Créditos de la imagen a quien corresponda)
Tapa del
libro de Rick Jolly: "Doctor para
amigo y enemigo". Conway Maritime Press; Edición: Reprint (2 de abril
de 2012)
Parte 12.
Estos son los Taylor
Cuando escribía la Parte 8 de esta historia, me pregunté ¿Quiénes eran
los Taylor?
Había llegado hasta ahí, con la descripción coincidente de varios
Veteranos, sobre un matrimonio y su conducta.
Luis Brun describía la atención y esmero de Frank y Anna en limpiar
heridas, en llevar alimentos, en brindar contención.
Lo hicieron con Jorge Marchesini y Darío Hernández, que estaban heridos,
pero lo hicieron especialmente con Raúl Américo Vallejos, que había perdido su
pierna izquierda, además de sufrir otras heridas producto de una brutal
explosión.
Bien, mientras escribía esta historia, recibí una respuesta de Frank y
Anna:
“Ese día (19/06/82) está grabado en nuestra memoria, el día en que le
dijimos adiós a nuestros valientes muchachos. Siempre pensamos en ellos y nos
preguntamos cómo será su vida ahora. Si puedes encontrar a Raúl Américo
Vallejos, envíale saludos nuestros”
Los recuerdos en Raúl Vallejos y en los Taylor, son vividos. Frank dice
claramente, que recuerda todo, como ayer, y agrega que Vallejos, era cuidado
por dos jóvenes soldados, Omar Leyria, y Ricardo Pinatti.
“Pinatti cuidaba de su amigo Vallejos, y a Leyria le decíamos Rocky, por
su gran vendaje en su mano.”
“Ese 19 de junio, mi último recuerdo de Leyria, fue al bajar al muelle,
su sonrisa y su saludo, yo le grité y él se dio vuelta, sonriendo, siempre
sonreía”
“Ese día, cuando dejaron el Canberra, lloramos al despedirlos, estamos
orgullos de llamarlos nuestros amigos. Los muchachos que conocimos fueron un
crédito para Argentina, tienen que saberlo”.
En Memoria de Omar Leyria, VGM, 1963-2011
Frank y
Anna Taylor, parte de la tripulación del SS
Canberra en 1982.
(Créditos de la imagen: Frank Taylor)
Reverso de la foto. Se aprecia la firma de
Omar Leyria "Rocky".
(Crédito
de la imagen: Frank Taylor)
Recorte
periodístico de 1982. En primer plano, el soldado Raúl Américo Vallejo. (Imagen gentileza de Marcelo Raúl
Arce Bukeman)
VGM Raúl
Américo Vallejos, hoy. (Gentileza de la
imagen: Marcelo Raúl Arce Bukeman)
Parte 13.
Puerto Madryn, el desembarco. Palabras finales
Muchas fueron las sensaciones experimentadas al iniciar la búsqueda de
los nombres involucrados en esta “Postal” (*).
Poder encontrar a esos Veteranos y sus historias, ha significado abrir
una puerta que no imaginé abrir, pero por la que se me ha permitido pasar.
Ha significado abrir una puerta a la memoria, para evocar al compañero
que no volvió, para recordar al enemigo que murió, pero también ha significado
rescatar a esas manos que curaron, a esas manos que ayudaron, (ya sean
argentinas o británicas) y a esas muchas manos que compartieron un pedazo de
pan, como lo hizo el pueblo de Puerto Madryn, ese 19 de Junio de 1982, cuando
espontáneamente salió a recibir a sus soldados, a nuestros soldados.
Por otro lado, no puedo dejar de preguntarme: ¿Qué impulsó al Cabo Brian
Short a pedirles una firma a esos muchachos que custodió? ¿Era el recuerdo
personal de haber participado en una guerra y vivir para contarlo?
De su testimonio, recuerdo especialmente lo siguiente:
“Mi padre también se llamaba Brian Short, y también fue un Royal Marine, pero no lo pude conocer, fue muerto antes de mi nacimiento, en la crisis de Suez (Egipto)”
“Honor y amistad, son grandes sentimientos, que encontré en esos argentinos con los cuales me he vuelto a contactar”
¿Qué sentían nuestros soldados? Habían sido enemigos en las Islas
Malvinas algunas semanas atrás, y ahora eran pasajeros/prisioneros,
compartiendo el barco con esos enemigos, de regreso al continente. Bien, algunas
muestras de esos sentimientos quedaron escritos en esa postal, con veintitrés
firmas (**), veintitrés historias de soldados, suboficiales y oficiales
argentinos.
Todos con formaciones distintas, con puntos de vista y sensaciones
particulares e imborrables, pero con algo en común: haberse jugado la vida por
sus compañeros, por sus camaradas y por la Patria.
A todos ellos, gracias.
German Stoessel.
Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer,
tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en
su casa.(Mateo 25:35)
El mural
en Puerto Madryn, en el muelle Alte. Storni. Tiene 35 mt x 4 mt y fue realizado
por Martín Cofré, Tomás Gimbernat, Jorge Vásquez y Claudio Segundo. Se inauguro
el 19 de Junio de 2019 y retrata la llegada de los soldados de Malvinas. En
esta imagen, se puede observar al SS Canberra. Imagen gentileza del
VGM Guillermo Huircapan
Tapa del diario británico The Guardian, 21 de Junio de 1982. Al final de la escalera se ve al
cabo Brian Short (cabeza descubierta y también al Gral. Garay, recibiendo a los
soldados (extendiendo sus manos). Imagen cortesía de Brian Short.
El mismo
instante de la imagen anterior en la tapa de The Guardian. (Créditos de la
imagen a quien corresponda)
El
pueblo de Puerto Madryn, recibiendo a sus soldados. (Créditos de la imagen: Mabel Outeda)
(*) Postal, que no era más que un menú
(**)
Firmantes del menú:
• “Alberto
Briamonte BETO82” Soldado Conscripto.
• “José González”
• “Norberto
Horacio”
• “Mario
Jauco”
• “Juan
Humberto Diaz” Soldado Conscripto.
• “Rogelio
Pellegrini” Soldado Conscripto.
• “Mario Fabián
Solís” Soldado Conscripto.
• “Alberto González,
Sarg Ay”, Sargento Ayudante.
• “Pedro
Leiva”, Soldado Conscripto.
• “Francisco
Campos”, Soldado Conscripto.
• “Heberkon,
Norberto Rubén, Soldado Conscripto.
• “Horacio
Losito”, Tte. 1°
• “Luis
Brun”,Tte. 1°
• “Humberto Martínez”,
Tte.
• “Ariel
Tascon”, soldado conscripto,
• “Leonardo
Duran”, Subteniente,
• “Hugo R.
Melgarejo”, soldado conscripto.
• “John”
Juan Carlos Garabedian, Soldado Conscripto.
• “Ángel Gutiérrez”,
soldado conscripto,
• “Claudio
de Arce”, Soldado Conscripto.
• “cabo Hernández”.
Cabo,
Agradecimientos
• Cesar
Carpo (por la paciencia y sus puntos de vista)
• Teniente
Coronel VGM José Vercesi
• VGM Luis
Brun
• VGM
Humberto Martínez
• VGM Ariel
Tascon
• VGM Jorge
Marchesini
• VGM Darío Hernández
• VGM
Leonardo Duran
• VGM Ángel Gutiérrez
• VGM
Claudio De Arce
• Centro de
Veteranos de Malvinas de Puerto Madryn
• VGM
Guillermo Huircapan
• VGM Daniel
Belmanr
• Peter
Steele, tripulante SS Canberra
• Brian
Short, Banda Militar Royal Marines
• Frank y
Anna Taylor, tripulantes SS Canberra
• Martin
Reed, capitán, SS Canberra, P&O
• Peter
Mayner, médico cirujano SS Canberra, P&O
Bibliografía y fuentes electrónicas consultadas
-
Bishop, Patrick (The Observer) ; Witherow, John (The Times)-La Guerra de Invierno- Ed. Claridad, 1985
-Blank, Laurie R, Gregory P. Nune- International Law and
Armed Conflict. Fundamental Principles
and contemporary challenges in the law of war- Second edition, 2019. Wolters Kluwer (pág. 273)
https://books.google.com.ar/books?id=fmxuDwAAQBAJ...
-
Caggese, José. Malvinas, el libro de la
buena memoria. Editorial Fundación de la Justicia Social, 2008.
-Gerding, Eduardo César-Un Hombre bueno nunca
muere: Richard
Jolly.
Boletín
del Centro Naval 849, Sept/Dic 2018.
https://www.centronaval.org.ar/bol.../BCN849/849- GERDING.pdf
The Nottingham-Malvinas
Group: A good man never dies.
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https://www.washingtonpost.com/.../f826d4d8-facc-11e7...
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Falklands
Combat Medics: https://www.youtube.com/watch?v=ettWJKRBc54
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https://radiocut.fm/.../entrevista-al-vgm-jose-caggese...
- Teves, Oscar A-Malvinas: La batalla de Pradera del
Ganso. Editorial Argentinidad-2007.
Sobre el autor
Germán Andrés
Stoessel nació el 8 de noviembre de 1974 en Cutral Co, Provincia de Neuquén. En
1982 se encontraba cursando la escuela primaria en Comodoro Rivadavia y en su
hogar se recibían a los soldados. Se graduó de Ingeniero Forestal y recorrió
las islas Malvinas en bicicleta(2018).
Foto de la
revista Weekend : Malvinas en
bicicleta: por la tierra de los
héroes-https://weekend.perfil.com/noticias/bike-2/guerra-islas-malvinas-bicicleta-heroes.phtml.
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