EL ALMIRANTE DAVID
JEWETT Y SUS DESCENDIENTES
Eduardo C. GERDING
Por
tu coraje frente a las tribulaciones, por tu alegre disposición frente a los
sucios ardides de este mundo, te has ganado el cariño de todos aquellos que te
han estado observando.
Guy
Chapman (A Passionate Prodigality, 1933)
Almirante David Jewett (1772-1842)
David Joseph Jewett nació el 17 de junio de 1772 en North Parish,
New London, Connecticut ( EE.UU. ) siendo su padre el Dr. Hibbard
Jewett ( 1745-1814 ) y su madre Patience Bulkley ( 1749-1880 ). Descendía de Joseph Jewett,
quien había emigrado de Yorkshire ( Inglaterra ) en 1638, y se había
establecido en Rowley, Massachussetts ( EE.UU. ). Dos de sus hermanos Charles y
George también sirvieron en la Armada de EE.UU.
La corbeta Trumbull
El Trumbull fue botado en los astilleros de Jedediah Willer en Norwich entre las 10 y las 11 de la mañana del 26 de noviembre de 1799 bajo “ la aclamación de miles de espectadores” . Para el 19 de febrero de 1800, la corbeta Trumbull estaba totalmente tripulada siendo su comandante David Jewett de New London quien había recibido elogiosos comentarios de la prensa local. La corbeta Trumbull capturó a su primera presa, la goleta francesa Peggy de seis cañones con un cargamento de 35 toneladas de café, 70 barriles de azúcar y una tripulación de once hombres. El 6 de agosto de 1800 el Trumbull capturó a su segunda presa, una goleta pequeña llamada Tullie. El 23 de marzo de 1801 el Secretario de Marina le envió instrucciones al Capitán Jewett para que abonara los jornales y diera de baja a la tripulación del Trumbull. El 28 de agosto de 1801 , la corbeta Trumbull fue vendida en la Tontine Coffee House de New York por U$S 26.500.00.
El Acta de Paz
El 3 de marzo de
1801, bajo las directivas del tercer presidente de EE.UU, Thomas Jefferson, e invocando
razones económicas, se redacto el Acta de Paz (reduciendo las tripulaciones en un 60 por
ciento) aboliéndose el rango de Master Commander que ostentaba David Jewett.
Este ultimo fue dado de baja el 3 de junio de 1801.
Nota:
Después de la Guerra
de Independencia la marina británica redujo su personal de 110.000 a 26.000
hombres. Cientos de hombres quedaron sin trabajo. Aproximadamente veinte se
alistaron en la marina rusa cuyo Almirante más antiguo era el escocés Samuel Greig.
Los corsarios y la Guerra de 1812
Durante la guerra de
independencia de los Estados Unidos, los barcos de la marina continental
capturaron 196 presas británicas en tanto que las naves corsarias capturaron
por lo menos 600.En la Guerra de 1812 hubieron 526 navíos de EE.UU.
comisionados como barcos corsarios. Los corsarios tenían un código de conducta.
Nunca disparaban un tiro amparados bajo un pabellón falso.
Se procuraba más la captura que la destrucción.
Durante la Guerra de
1812, el costo total de construir una goleta de 200 toneladas , proveerla de
armamento y dotarla de tripulación era de aproximadamente U$S 40.000. Los oficiales y la tripulación percibían la mitad de las ganancias
obtenidas de la venta de los buques capturados y su carga, la otra mitad la
recibían los propietarios de las naves. En
1856 la Declaración de Paris firmada por siete naciones marítimas prohibió las
acciones corsarias precipitando el fin de las mismas.
Jewett comandante nominal de la marina
chilena
El 20 de septiembre
de 1814, el General José Miguel Carrera y Verdugo designó a David Jewett como Comandante
en Jefe de la marina chilena. El nombre de Jewett le había sido sugerido por
Joel Roberts Poinsett Cónsul de los EE.UU. en Buenos Ayres y por el Comodoro David Porter de Boston comandante
del USS Essex. El Comodoro Porter,
era un valiente oficial de la marina de EE.UU. quien el 28 de marzo de 1814 en
inferioridad de condiciones en hombres y armas perdió, en medio de un temporal,
un combate en Valparaíso frente a los buques británicos Phoebe y Cherub. El General Carrera y Verdugo zarpó en el bergantín Expedición para encontrarse con David Jewett en los
EE.UU. pero este último ya le había ofrecido sus servicios a las Provincias
Unidas del Río de la Plata. Como resultado de esto podemos decir que Jewett
había sido un jefe nominal de una marina imaginaria.
David Jewett y las Provincias Unidas
del Río de la Plata
¿ Por qué eligió Jewett a nuestro país? Algunos historiadores piensan que no
quiso vincularse al controvertido Carrera y Verdugo. Otra causa pudiera ser que
las Provincias Unidas del Río de la Plata habían designado el 1º de marzo de 1814 al Teniente Coronel
Guillermo Brown que era un irlandés brillante y con el cual Jewett pudo haberse
sentido más cómodo.
David Jewett arribó a Buenos Ayres el
22 de junio de 1815. Dado que José
Rondeau se encontraba en el Alto Perú combatiendo, David Jewett ofreció sus
servicios a Ignacio Alvarez Thomas que
era entonces el Director Provisional de las Provincias Unidas del Río de la
Plata.
Su solicitud fue muy
bien recibida por Marcos González Balcarce , Secretario de Guerra y Marina. De esta forma, el Director autorizó a Jewett a hacer la guerra, a capturar
por la fuerza a las naves y propiedades que pertenecieran a ciudadanos
españoles cuando estuvieren en puertos neutrales o vías de navegación de amigos
de dicho estado de forma tal de ser juzgados y confiscados como presas legales
por las Provincias Unidas del Río de la Plata. Jewett podía vender o disponer
de los bienes capturados según lo pactado previamente con el gobierno.
David Jewett y Xaviera Carrera
Francisca
Xaviera Eudocia Rudecinda de los Dolores
Carrera y Verdugo nació en Santiago de Chile el 10 de marzo de 1781.Xaviera
era la primera hija del Coronel de la
Milicia Real Ignacio de la Carrera y Cuevas y de Francisca de Paula Verdugo y Valdivieso ;
ambos pertenecientes a familias de la nobleza española.
En 1800, Xaviera contrajo nupcias con
Don Pedro Díaz de Valdez un español que habría de estar a cargo de la Oficina
de Defensoría del Juez del Ejército perteneciente a la Capitanía de Chile.
La
casa de los Carrera en Buenos Aires era en realidad el cuartel general del
denominado Movimiento Carreriano y
por ende un centro de intrigas y complots. Fue precisamente durante estos años
tan conflictivos que Xaviera conoció a Jewett quien quedó impresionado por su
belleza. Armando Moreno Martín, compilador del
Archivo del General José Miguel Carrera, refiere que Javiera estaba
efectivamente enamorada de David Jewett en base a una carta que en 1818 envía
el diplomático estadounidense David Porter a su compatriota y ex cónsul en
Chile, Joel Robert Poinsset.
La
relación entre David Jewett y Xaviera Carrera quizás pueda compararse con la de
John Paul Jones y Delia(condesa de Nicolson) esposa del conde William Murray
Nicolson. El 8 de abril de 1818, Toribio
Luzuriaga gobernador de Mendoza mandó a fusilar a Luis y Juan José lo cual
destruyó espiritualmente a Xaviera. Esta última pudo
escapar a Montevideo con la ayuda de David Jewett en una época convulsionada
políticamente. Xaviera falleció veinte
años después que David Jewett y su imagen aun despierta profundos sentimientos
en la sociedad chilena.
El bergantín Invencible
Según algunos
registros un navío de Guerra británico llamado HMS Challenger fue adquirido por un
residente en Paris oriundo de Rhode Island de apellido Prebble. Este
navío, denominado The True Blooded Yankee tomó parte como corsario en la Guerra de 1812
contra los británicos siendo su primer propietario un Coronel Denis de
Filadelfia. Supo zarpar de los puertos franceses de Brest, Morlaix y l ‘Orient .En total, el True Blooded Yankee capturó
seis naves y 21 embarcaciones menores una de cuyas presas fue valuada en cuatro
cientos mil dólares.
Según una carta enviada por John
Murray Forbes el 26 de octubre de 1821 al Secretario de Estado
de los Estados Unidos John Quincy Adams, The
True Blooded Yankee estaba comandado
por el capitán David Jewett y el barco había sido rebautizado con el nombre de Invencible.
El Invencible era un asombroso bergantín de 440 toneladas, tenía
40 metros de eslora , 6,10 metros de manga , 6,75 metros de puntal y 3,75 metros de calado . Se encontraba armado con veinte cañones de 18
libras, 14 carronadas de 24 libras y seis cañones de 12 libras contando con una
tripulación de 180hombres.Los documentos del fuerte de Buenos Ayres confirman
que Jewett era el propietario del Invencible
y que su abogado era David Curtis DeForest otro estadounidense entusiasta de la causa de las Provincias
Unidas del Río de la Plata.
El Invencible fue posteriormente capturado en Bahía y Jewett encarcelado durante 17 días. Las autoridades brasileras alegaron que Jewett actuaba en nombre de un gobierno que no gozaba de las simpatías del rey de Portugal.
Las calumnias de John Murray Forbes
John Murray Forbes se
desempeñaba meramente como agente de comercio de EE.UU. en Buenos Ayres para
cuando David Jewett arribó con el Invencible.
Nunca vio con buenos ojos las actividades corsarias de su compatriota temeroso
quizás de tener problemas diplomáticos con España.
Según Forbes,
mientras un agente se encontraba llenando los formularios de autorización en la
Aduana de New York para zarpar de
Savannah ( Georgia), Jewett aprovechó la brisa y se escapó con el bergantín presentándose ulteriormente a las
autoridades de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Su calumnia no prosperó.
Jewett y otros
estadounidenses amenazaron con elevar un informe a nuestras autoridades lo cual
podría haberle costado a Forbes su puesto. No caben dudas de que este último
había dado un falso testimonio y, temeroso de lo que le podía pasar, le
escribió nuevamente al Secretario de Estado de EE.UU. pidiéndole esta vez “algún
trabajo decente en los Estados Unidos” .
En su carta a John
Quincy Adams fechada el 16 de Julio de
1822, John Murray Forbes se quejaba amargamente que “ Todos los británicos y los renegados de mi propio país tales como
Thomas L. Halsey, W.P. Ford, David Jewett, Thomas Taylor y otros de su tipo me
han declarado la guerra”
El agradecimiento de un pueblo
El Invencible regresó a Buenos Ayres en la primavera de
1817 después de navegar 27 meses durante los cuales atacó todo navío español
que surcó nuestras aguas en su ruta hacia las fortificaciones del Pacífico.
El capitán David Jewett
devolvió su patente de corso el 26 de septiembre de 1817.Entre 1815 y 1817 las Provincias
Unidas del Río de la Plata capturaron
aproximadamente 70 naves españolas.
La Gaceta de Buenos Aires del 16 de junio
de 1819 expresaba cuan agradecidos estaban los habitantes de nuestro país con
David Jewett.
Nota:
La madre de Juan Larrea (catalán y miembro de la Primera Junta) fue la madrina de una de las hijas de DeForest. DeForest, que fuera nombrado Ciudadano Honorario de Buenos Ayres, hizo una gran fortuna y según algunos historiadores tuvo relaciones comerciales con Manuel Moreno y con un corsario muy conocido llamado Pierre Lafitte . David DeForest fue designado Cónsul General de las Provincias Unidas del Río de la Plata y regresó posteriormente a los Estados Unidos donde adquirió una hermosa casa en New Haven.
La fragata Heroína
El 9 de agosto de
1819, Patricio Lynch le solicitó al Ministerio de Marina de las Provincias
Unidas del Río de la Plata la patente de corso y el armamento adecuado para una
fragata de 475 toneladas construida en España. Dichos requerimientos se hacían
en función del Artículo Nº 5 de la reglamentación de 1817 para las actividades
corsarias. Lynch le sugirió a las autoridades que la nave fuera bautizada Tomas Guido solicitando a su vez que
David Jewett fuera su comandante. El gobierno se rehusó
a bautizar a la nave con el nombre de
Guido debido a que éste aún se encontraba en servicio activo. Lynch finalmente
acordó en que la nave fuera llamada Heroína. Según algunos historiadores, el nombre
de Heroína habría sido puesto en honor a Xaviera Carrera.
El Director Rondeau
promovió a David Jewett a Coronel del Ejército y lo designó comandante de dicha
fragata. Su Segundo comandante sería el Sargento Mayor John W. Adams. Se le
asignaron a seis Tenientes y un Teniente Segundo. Jewett eligió personalmente
al cirujano. Entre la oficialidad se encontraba el Guardiamarina Acevedo
formado en la Royal Navy y el sobrino de un tal Goyena que ostentaba el mismo
grado que en la marina española. El resto de la tripulación estaba constituido
por 42 criollos entre ellos 28 convictos, 7 marineros obligados a embarcar y 3
voluntarios.
La patente de corso le fue emitida el 15 de
enero de 1820 zarpando el 20 de enero de
ese año del fondeadero de Los Pozos, si bien algunas autoridades refieren que
fue en Ensenada donde completó la leva. La
primera misión de David Jewett, en medio de tamaña inestabilidad política, fue
la de conducir una división compuesta por la fragata Heroina, los bergantines Gálvez
y 25 de Mayo, la Invencible y diversos lanchones, bloquear el puerto de Buenos Ayres
e inspeccionar los buques surtos en el mismo.
A David Jewett se le
ordenó navegar como corsario por el Atlántico Sur con una doble misión :
reafirmar la soberanía de las Provincias Unidas del Río de la Plata en las
islas Malvinas y en segundo lugar detener
las actividades abusivas de los barcos pesqueros. Este documento fue
posteriormente publicado en agosto de 1829 en la Gaceta Mercantil .
Lynch se apuró en
asegurar que esta fragata se encontraba en condiciones inmejorables lo cual
como veremos no era cierto. La Heroína resultó ser roncera o sea lenta para
perseguir a otros navíos de guerra.
Designación de David Jewett de la
Heroína, como Coronel al servicio de la Marina Nacional por el Director Supremo
de las Provincias Unidas en Sud America
La llegada a las islas Malvinas
Cuando David Jewett
arribó a las islas Malvinas en las mismas se encontraban fondeadas navíos
extranjeros fundamentalmente británicos y estadounidenses. Jewett les comunicó sobre los motivos que obligaron
a la presencia de una autoridad según la circular del gobierno del 2 de
noviembre de 1820.
El comandante de la Heroína le remitió una nota al Capitán James
Weddell en estos términos:
Fragata del Estado Heroína en Puerto
Soledad, Noviembre 2 de 1820
Señor:
Tengo el honor de informarle que he
llegado a este puerto comisionado por el Superior Gobierno de las Provincias
Unidas de Sud América para tomar
posesión de las islas en nombre del país a que éstas pertenecen por ley natural.
Al desempeñar esta misión deseo proceder con la mayor corrección y cortesía
para con todas las naciones amigas. Uno de los objetos principales de mi
cometido es evitar la destrucción desatentada de las fuentes de recursos
necesarios para los buques que de paso o de recalada forzada arriban a las
islas, y hacer de modo que puedan
aprovisionarse con el mínimo de gastos y molestias. Dado que los propósitos de
Ud. no están en pugna ni en competencia con estas instrucciones, y en la
creencia de que una entrevista personal resultará de provecho para entrambos,
invito a Ud. a visitarme a bordo de mi barco, donde me será grato brindarle
acomodo mientras le plazca. He de agradecerle asimismo tenga a bien, en lo que
esté a su alcance, hacer extensiva esta invitación a cualesquiera otros
súbditos británicos que se hallaran en esas inmediaciones. Tengo el honor de suscribirme,
señor, su más atento y humilde servidor, David Jewett,
Coronel Comandante de las Provincias
Unidas de Sudamérica y Comandante de la Fragata Heroína.
Al otro día a la
mañana Jame Weddell caminó 7 a 8 millas hasta Puerto San Luis donde se hallaba
anclada la Heroína trasladándose abordo en un bote que encontró en la
playa. Según refirió Weddell “No
creo que se haya visto nunca, desde los tiempos de Lord Anson, buque más minado
por el escorbuto que la fragata de Jewett”. También refirió que Jewett
tenía solo 30 marineros y 40 soldados de lo que supo ser una tripulación de 200
hombres. Weddell pernoctó en la fragata Heroína
e incluso ayudó a Jewett al día siguiente a introducir la fragata en el puerto.
Nota:
En 1740, durante la
guerra con España el Almirante británico
George Anson (1697-1762) atacó los asentamientos en las costas de Chile.
Para junio de 1744 más de la mitad de su
tripulación de 2000 hombres había muerto por escorbuto.
Nota:
James Weddell era un explorador, geógrafo, y ballenero
británico que navegó en tres ocasiones a la Antártica ( 1820, 1821-22 y 1822-23
). Supo escribir un libro contando sus aventuras titulado “A Voyage Towards the South Pole in the Years 1822-24 ”( publicado
en 1825 ). Era un hombre que admiraba la exactitud y despreciaba los reclamos
carentes de fundamento realizados por los primeros exploradores. Weddell
falleció en la pobreza a los 47 años..
De la tripulación de
200 hombres de la Heroína, 50
fallecieron por el escorbuto y 7 como resultado de los motines . Veinte hombres
desertaron en las islas Trinidad y Cabo Verde. Los marineros se encontraban en
tan mal estado que los mismos oficiales tuvieron que manejar el guinche para
aproximar la fragata al Puerto San Luis. Cuando llegó la fragata Heroína a las
islas Malvinas habían aproximadamente cincuenta navíos extranjeros fondeados en
la Bahía de Anunciación. Estaban constituidos por tripulaciones que no
respetaban otra cosa que la fuerza. Se encontraban presentes las fragatas
británicas Indian (Capitán Spiller)
, Jane
( Capitán Wedell ), Hety ( Capitán
Bond), George ( Capitán Richardson ) y los cúter británicos Beaufoy ( Capitán Brisbane) , Elisa (Capitán Powell) y
Sphrightly (Capitán Frazier). También estaban presentes loss iguientes
navíos de EE.UU. : Fragatas Eucane ( Capitán Knox ), Governor Hawkins, General Knox, (Capitán W.
R. Orme ) , y New Haven, los bergantines Fanning, Harmony y Wasp y las goletas Hero y
Free Gift ( Capitán Thomas Dunbard ). El 6 de noviembre de 1820, Jewett le
ordenó a sus escasos y valientes hombres que aún podían manejar un arma que
izaran el pabellón de las Provincias Unidas del Río de la Plata bajo el sonido
del tambor de Cosme Damián Ulloa y el silbato de José Rodríguez.. Una salva de 21 cañonazos
completó la ceremonia que, según el
comandante británico James Wedell, estuvo impregnada de solemnidad y dignidad.
Publicación de la
posesión de las islas Malvinas por parte de David Jewett publicado en The Times el 3 de agosto de 1821.
¿ Cómo fue el viaje de David Jewett a
las islas Malvinas?
No existe mejor forma
de describir las vicisitudes que vivió
David Jewett que transcribir la carta que el mismo escribiera estando en Puerto
Soledad.
Puerto Soledad
Islas Malvinas
Febrero 1º de 1821.
A bordo de la fragata Nacional Heroína
Exmo. Señor
Abrazando esta primera y única
oportunidad de anunciar a V. E. la penosa historia de los sucesos que se han
seguido en desgraciada y rápida sucesión desde que dejamos las aguas del Río de
la Plata hasta el día presente, me impongo un trabajo que requiere una pluma
más hábil que la mía, una imaginación menos atormentada por los padecimientos,
y menos ocupada por la continua combinación de facciosa y maliciosa villanía;
por ardua que mi empresa es mi deber me lo demanda; yo no dejaré de procurar
dar a V. E. tan concisa relación de las
pasadas y continuas desgracias, y de nuestra presente situación cuanto las
circunstancias lo permitan, reservando una más menuda relación, hasta una
comunicación personal si alguna vez puedo tener tal honor. Muy
pocos días después de nuestra salida del Río sufrimos violentas tempestades y
vientos contrarios que causaron que el buque hiciese tanta agua que averió
muchas partes de las provisiones, y descubrí la falta de carácter entre los
oficiales principales que se requiere para obrar con energía y para asegurar
buen suceso en el asunto importante de nuestra empresa. A esto se agregaba la
mala situación de mi segundo, el Mayor Juan W. Adams, digno y benemérito
oficial, el cual jamás pudo subir a la cubierta desde que salimos de ésa hasta
el día 26 de mayo en que expiró.
El primer Teniente don José Huges con una complexión arruinada por la embriaguez y un alma depravada era más bien un instrumento para adelantar el faccioso espíritu que comenzó a difundirse, que para prestar ayuda indispensable a la subordinación que su empleo pedía. Ni la inexperiencia ni el crédulo carácter del Segundo Teniente eran a propósito a corregir la cadena de males que diariamente se forjó, y su propia ignorancia y debilidad lo condujeron a ser más bien el accesorio inactivo que vigilante opositor a los fundamentos de los males subsiguientes. Los 3º 4º, y 5º Tenientes destituidos de los principios del deber en servicio parecían haberse contentado con mantener neutralidad, y sin hacer esfuerzos para detener la corriente de desgracias que en la secuela habían de destruir no sólo la armonía, sino también el primario objeto de la expedición, me pusieron en situación de no tener un oficial que me ayudare ya para remediar en tiempo los males o ya para impedir que el contagio se propagara entre los hombres malos que se habían descubierto entre la tripulación.
En el momento que la facciosa
disposición de los oficiales había dado alas a las malas intenciones de una
parte de la tripulación, la causa general de descontento se fundó en el poco
andar de la fragata, en que ella hacía agua y en la imposibilidad de un crucero
afortunado, y esto aún antes de llegar a la altura de Río de Janeiro. Estando cerca de dicho puerto con inexpugnable dolor se descubrió que
la mala calidad de nuestros cascos de aguada nos había hecho perder la mayor
parte del agua y nos compelía a buscar pronto dónde procurarla. Se pensó que lo
mejor era arribar a la isla Trinidad, porque el volver al Río de la Plata
hubiera provocado demora y ruina. Antes de la llegada a aquella isla nos
encontramos que no podíamos obtener allí sino corta provisión de agua, lo cual
nos hizo ver que para conseguir la cantidad que se necesitaba para las futuras
operaciones era preciso arribar a algún destino en que se pudiese desembarcar y
componer los cascos, y en donde se tomasen las aguas a la fragata; en tan duras
e imprevistas circunstancias se tuvo por indispensable seguir rumbo al Ecuador
y pasar al hemisferio del Norte para buscar en las islas de Cabo Verde las
provisiones necesarias y reparar el buque, cuyo partido adopté. En este viaje
el espíritu inquieto y faccioso tanto de los oficiales como de la tripulación
se manifestó; muchos se combinaron para hacer protesta contra el mal estado del
buque, alegando que andaba poco y hacía mucha agua y para solicitar o exigir
que fuésemos en derechura a los Estados Unidos de Norte América. A la ejecución
de tal idea me opuse como inútil temeraria y ruinosa a la empresa, y deshonrosa
en el extremo; y tuve la fortuna por entonces de frustrar la intención.
Seguimos viento rumbo hacia el Norte hasta llegar a las Islas del Cabo Verde,
donde con toda vigilancia compusimos tanto las pipas como el casco del buque; y
nos dirigimos hacia la costa de España, registrando todo buque que podíamos
alcanzar; hasta que el 27 de Julio de 1820 descubrimos un buque de guerra o
fragata fuertemente armada, a las 10 de la mañana, que perseguimos
inmediatamente, pero que no pudimos alcanzar hasta medianoche.
Habiendo dos días antes recibido una
contusión que me imposibilitó de estar por mucho tiempo seguido en la cubierta,
mandé que se acelerase la persecución del buque en lo posible, y que... cuando
llegásemos a tiro de cañón, haciendo saber a los oficiales que en el caso de
salir enemigo, era mi intención atacarle, cualquiera fuese su fuerza, desde que
el nuestro podría ponerse a su lado. Cuando lo teníamos, a solamente, a medio
tiro de fusil, su apariencia por la luz de la luna confirmó nuestra primera
opinión que era buque de guerra. En
éste... y sin venir a voces nos tiró una bala que pasó entre el palo de
trinquete y el bauprés. Le saludé varias veces; al cabo nos respondió
indistintamente y según lo entendimos ' portugués '. Mandé que enviase un
oficial a mi bordo; rehusaron hacerlo y habiéndose esto repetido y rehusado
varias veces, le dije, ya en español ya en inglés, que si persistiera en
rehusarlo le haría fuego. Al rehusarse otra vez, di orden al Teniente Edwars
que tirase desde el castillo de la cubierta superior una sola bala, con
dirección elevada por encima de su castillo de proa. Luego que esto se ejecutó
nos tiraron una andanada con metralla, y nos hizo fuego la fusilería a medio tiro
de pistola.
Mandé se descargasen las baterías sobre
él, que duró por espacio de quince minutos; y le reducimos al silencio por
otras dos o tres al oír gritos a su bordo, mandé inmediatamente cesase el
fuego, creyendo que se hubiese rendido; en esto empezó de nuevo la acción, a
medio tiro de pistola; respondí con dos andanadas; entonces gritaron '
cuartel', diciendo que se habían rendido. Despaché al Teniente Edwars con los
oficiales y marineros necesarios para que se encargasen del buque por aquella noche.
Resultó ser, como lo verá V. E. por los documentos anexos, la fragata 'Carlota
', de 22 cañones, con otras armas de fuego, una tripulación de 62 hombres y 14
pasajeros procedentes de la Bahía de Todos los Santos, completamente cargada
con destino para Lisboa. Consideradas todas las circunstancias, le señalé a los
oficiales, y tripulación necesaria, navegué con ella, y, al examinar el estado
de los víveres, lo hallé indispensable dirigir nuestro viaje por las Islas
Azores, Madeira, Canarias y Cabo Verde hacia el Hemisferio del Sur. En
consecuencia, el 6 de agosto, estando entonces a la vista de Fayal, con brisas
leves y calmas nos dirigimos S.E. por la Isla de Madeira. En aquel tiempo
tuvimos víveres cuando más por ochenta días inclusos una parte considerable de
ellos, en mal estado y de mala calidad; agregándose a esto el estado incierto
de los pijios (sic) de agua, el del buque, la……
de los oficiales, la distancia del lugar de nuestro destino ulterior, la
falta de recursos de crédito u órdenes para abastecernos en cualquier parte de
Europa o de Norte América, luego el no haber caminado sino muy poco en él,
descuido de doce días, las colijas (sic) que se suelen encontrar en aquellas
latitudes en esa estación, los vientos contrarios que se habían de esperar en
la vecindad de las islas por donde pensábamos pasar, con la probabilidad de
iguales vientos y colinas al atravesar el Ecuador, todo me obligó a dirigir el
viaje por las islas de Cabo Verde. De allí me propuse seguir mi ruta con toda
posible celeridad, siempre acompañando la fragata tomada, y mantenerme sobre la
costa del Brasil, si el paso del Ecuador por ser favorable, en cuanto al estado
de los víveres y del buque lo permitiese. Navegamos, pues, hacia las islas,
pero adelantamos poco por causa de la escasez y contrariedad de los vientos.
Del 12 al 13 de agosto empezó a
manifestarse una tenebrosa y horrenda conspiración de asesinato, robo y
piratería, y los procedimientos, con su terminación, en cuanto se sepan hasta
ahora, se hallarán detallados en los varios documentos que se transmitirán con
la presente. Solo expondré, con brevedad, la corta noticia que tuve de esta
atrevida y horrenda tentativa y el modo con que la sofoqué; sometiendo mi
conducta a aquel gobierno, cuyo estandarte, por la asistencia de la Divina
Providencia me ha sido permitido proteger, y salvar la vida de los pocos de sus
hijos que han sido mis compañeros en esta crisis penosa y desesperada. En la
noche del 12 de agosto, cuando el golpe fatal se había de perpetrar, entre las
doce y la una, bajo el silencio y tinieblas de la noche, los.... habían
destinado a todos, menos la cuadrilla asesina, a morir. A las once, todos los
oficiales, con pocas excepciones, dormían, y se hallaban sin defensa; una
confianza y seguridad perfecta parecían haberse posesionado de todos menos de
mi mismo. Desde las ocho una impresión inexplicable de algún peligro secreto me
privó del sueño, y como acostumbro en esas horas me eché sobre mi hamaca, sin
desnudarme, satisfecho de que los centinelas eran alertas y fieles, y traté de
desembarazarme de lo que consideraba como una impresión visionaria, o un ataque
de hipocondría, pero, en vano; a las nueve la impresión venció a la razón, fui
impelido a levantarme, y subí a la cubierta disfrazado, donde sorprendido ví a
[Jaime] Thomas, 1er. Piloto, dejando el entrepuente, y sin sombrero, venir al
castillo de proa, pasar a la popa, y bajar a la hamaca del 1er. Teniente
Hughes, y detrás de una frazada que servía de cortina quedarse algunos minutos
hablando despacio con Hughes, e irse. Volví a mi cámara, reflexionando en la
causa de su visita, a un tiempo que en su deber no le obligaba a tan singular
aventura. Permanecí allí hasta las diez; volví entonces a subir, disfrazado
como antes, y hallé otra vez a Thomas, sentado, sin sombrero, en la proa de uno
de los botes, y varios hombres en movimiento a su alrededor y en el castillo de
proa. Al descubrirme él se fue abajo. Con nuevas aprensiones a unas ocurrencias
tan singulares, me retiré otra vez a mi cámara, donde la reflexión no me dio
alivio alguno. A las once y en cuarenta minutos volví otra vez a la cubierta y
hallé que reinaba un silencio perfecto en todas partes del buque.
Pasé, sin que ni oficiales ni marineros
en el alcázar que me viesen, al pasamano de estribor; que me pareció sin gente,
cuando una voz me dijo: ' coronel, cuidado, os atacarán la vida en esta misma
noche ', pregunté del mismo modo ' ¿Cuándo?' la voz me replicó 'de aquí a una hora'. Pregunté ' ¿Quién se
halla a la cabeza de una conspiración tal? ' Me replicó la voz: ' El señor
Thomas '. Pregunté ' ¿Quién más? ', pero no recibí respuesta. Traté de indagar
quién fuese la persona que me había dado la información, pero a nadie hallé.
Regresé a mi Cámara, me armé y volví a subir inmediatamente la cubierta. El
mismo silencio reinaba. Llamé al instante al capitán y teniente de la tropa
(Laureano Anzoátegui) y al teniente Carnelia, mandé que cargasen a Thomas con
dos barras de grillos, y al mismo tiempo apareciesen en la cubierta del
contramaestre el condestable, el 2º piloto Juan L. Clarke, y el despensero
Joseph C. Gors; armé la tropa; doblé los centinelas, con pistolas cargadas; y
pasé a asegurarme de los que me suponía ser los principales, lo que se verá
refiriendo a los autos y procedimientos que seguían. No puedo dejar de expresar
mi gratitud hacia el teniente Luciano Castelli, cuya asistencia impertérrita,
pronta y enérgica, descubrió al veterano en el bizarro joven; la conducta del
Teniente Marcelo Vega fue sin rival; el capitán de la tropa, los subalternos y
soldados se portaron de modo a hacer honor a nuestra bandera.
Al teniente Camelia que, en el informe
del fiscal, parece comprometido, en este momento cruel manifestó, y se condujo
con mucha energía, y me proporcionó todo el socorro en su poder. Cuando el
azote de la muerte había reducido el número de la gente tanto que apenas entre
los enfermos, prisioneros, y guardia se hallaba gente suficiente para asegurar
las velas del tiempo tempestuoso con que tuvimos que luchar, el teniente
Carnelia ha dado siempre el mejor ejemplo y se ha esforzado en lo posible para
suplir el defecto; como también desde nuestra llegada, cuando solo diez
marineros se hallaron en estado de cumplir con su obligación, y estos aún
afligidos, más o menos, con el escorbuto.
El 28 de agosto empezó la mano
vengadora de la muerte, sus lentos pero destructivos ataques, con síntomas los
más espantosos de un escorbuto inveterado, aniquilando a los más robustos, y,
con pocas excepciones, a todos cuantos encontrase.
Sus primeros destrozos se manifestaron
en la presa, donde se hicieron mayores esfuerzos para salvar a los infectos, e
impedir que se extendiesen tan fatales ataques a los demás; tres veces la
tripulación de aquella fragata en gran parte se mudó y fue trasbordada a la
mía, de modo que se cambió literalmente de buque de guerra en hospital flotante
de donde todos los días precipitaron más o menos cadáveres al abismo, víctimas
de tan horrenda enfermedad.
Esta infección y el motín a mi bordo me
daban que probar lo bastante del cáliz amargo, pero en el mismo momento de esta
crisis, con asombro lo relato, descubrí que se había formado un complot para
matar a los oficiales, apoderarse de la presa, y llevársela. Este también tuve
la dicha de sofocar, y de mantener la presa en mi compañía hasta el 20 de
octubre, tres días antes de llegar a la zonda del banco septentrional de esta
isla, en que época nos acometió una borrasca violenta del NO a Oeste, que nos
hizo temer por ambos buques; y en lo más fuerte de la tempestad perdimos de
vista a la presa, y desde entonces acá no tengo noticias de ella. Sin embargo,
no puedo creerla perdida, ya por ser de fuerza muy grande, ya por haberla visto
unas dos horas antes que se apaciguó la borrasca.
El estado de la ' Heroína ' al entrar
en este puerto no puede describirse adecuadamente, ni apenas imaginarse. Sólo diez marineros efectivos para atender el
buque, asistir a los enfermos, a los moribundos, y enterrar a los muertos; sin
la más distante esperanza de socorro, sino de los salutíferos efectos de la tierra
fresca, y una cesación parcial de la trabajosa obligación de navegar el buque
por medio de una serie de tempestades y fríos rigurosos, cuya fatiga, con la
desesperación consiguiente al presenciar la rapidez de la mano de la muerte, y
el terror y padecimientos ocasionados por la violencia del tiempo, casi me dejó
abandonado.
En esta situación entré en la bahía de
este puerto el 27 de octubre, al cerrarse el día. No pudiendo alcanzar el
puerto, y hallando paraje propio para echar el ancla, mandé que se efectuase,
estando entonces a cosa de diez millas del antiguo Puerto de la Soledad. Al día
siguiente pasé en el bote a explorar qué recursos nos ofreciese este lugar,
como única esperanza de salvar una disolución inmediata, puedo decir, a los
sobrevivientes de las desgracias que, por la mala calidad y escasez de los
víveres, y la falta total de legumbres y de carne fresca, se hallaban reducidos
al borde de la desesperación. Vista la dilapidación de éste, en otros tiempos,
lugar hospitalario me hallé en la necesidad de poner tiendas hechas con los
despedazados restos de las velas de mi buque, para abrigar a los enfermos; lo
que se verificó lo más pronto posible.
Pude lograr anclaje seguro para mi buque,
cuando al desembarcar a los enfermos e infectados, el repentino cambio de aire
y efecto de la tierra terminaron inmediatamente la existencia de algunos, y a
otros dieron alivio. Los escasos recursos en cuanto a legumbres, y el trabajoso
ejercicio de la caza, solo ofrecieron un refresco parcial a los enfermos, y a
los que se hallaban en estado de trabajar. Ni hasta el día 12 de diciembre se
hallaron los que sobrevivirían suficientemente restablecidos, para poder
embarcarse otra vez, y entonces se halló que las velas se habían destrozado
bastante en tierra, por la violencia de los vientos y del mal tiempo. No puedo
dejar de exponer que nuestra situación se halló empeorada, teniendo entre los
enfermos a varios de los amotinados, que me obligó la humanidad a desembarcar,
y de consiguiente era preciso establecer una guardia en tierra. A principios
confié este servicio al bizarro Vega que lo desempeñó a mi completa
satisfacción, fue sucedido en esta obligación por el capitán de la tropa, que
desde entonces parece haber manifestado una disposición tal se manifestó primero
en su correspondencia violenta al hacer reembarcar yo a los convalecientes y
prisioneros, llevando las velas a bordo y retirando la guardia.
Al llegar él a bordo, tentaba secretamente seducir a los oficiales para que se uniesen con él, y me obligasen a dejar de una vez este lugar, y regresar a Buenos Aires, en el estado en que se hallaba el buque. Por testigo de esta conducta debo nombrar al bizarro y honorable joven mi edecán y 1er. teniente don Luciano Castelli.
El capitán Anzoátegui, no hallando a
los ofíciales deseosos de apoyar su tentativa, con la excepción del
guardiamarina Mavilio, fue inducido, el 20 de enero de 1821, a hacer protesta
pública, copia de la cual, con la de toda nuestra correspondencia, acompañará
la presente. Se ha de observar que no contento con incluir a la tropa en su
protesta, habla también del perjuicio a la tripulación. En una conversación que
tuvo después con un oficial, afirmó que él había sido instigado a la medida por
el condestable, contramaestre, y todos los pilotines, para que hiciese la
protesta general en sus nombres también. Pero al citar a dichos oficiales para
que declarasen si así hubiese acontecido o no, no solamente negaron el hecho,
sino también dijeron que nunca habían tenido comunicación alguna con él sobre
el asunto, ni jamás habían pensado en dar un paso tal. Por mayor información
tocante a esta materia pido permiso para referir otra vez a don Luciano
Castelli. Sin embargo, en consecuencia de su tentativa a seducir a los
oficiales del buque, y ésta su renuncia formal de toda responsabilidad
perteneciente a su oficio, según se consideraba le suspendí del mando de la
tropa y mandé que quedase como pasajero que se supiese la determinación del
Gobierno Supremo, con la opción de embarcarse en un buque inglés que se hallaba
entonces en este puerto, destinado al Pacífico.
Es con sumo dolor que me veo obligado a
esponer que alguna falta de armonía haya existido entre los hijos del país que
sirvo; pero asegúrese V. E. que me he esforzado en lo posible para precaver un evento
tan desgraciado pero sin preocupación en parcialidades me veo en la necesidad
de manifestar que el genio y carácter del capitán Anzoátegui en tales que es
imposible evitar su espíritu vengativo y malévolo. El modo en que lo ha
ejercido debo dejarlo, por una relación personal, por demasiado desagradable
para que yo la presente entre el negro catálogo de mis pesares.
Si por disposición del Gobierno se
pusiese esta fragata en otra misión, se hallará necesario componerla, y muy
convenientemente mudar la mayor parte de su oficialidad y tripulación.
Persuadido a que mis desgracias
bastarán para inducir al Gobierno Supremo, de sacarme de mi presente penoso
enviando a un comandante de su confianza en mi lugar, cuento con que mí súplica
se concederá con la posible brevedad.
Con el más alto respeto tengo el honor
de ser de V.E. el más obediente y
rendido servidor. Davit Jewett. A S.E. el Supremo Director de las Provincias
Unidas de Sudamerica."
Jewett se vió
obligado a enfrentar no solo las malas condiciones de su nave sino también el
terrible flagelo del escorbuto que se iniciara a bordo del navío portugués.
Este tipo de circunstancias adversas era bien conocidas por los oficiales de la
marina de EE.UU. De hecho, durante una travesía a Whitehaven , John Paul Jones
tuvo que enfrentar una tripulación insubordinada y la presencia a bordo de un
irlandés traidor llamado David Freeman.
En cuestión
disciplinaria Jewett actuó rápida y eficientemente. James Thomas fue sometido a
una corte marcial abordo siendo su abogado Tomas Carey. Fue condenado por unanimidad y ejecutado. El Sargento Mayor Laureano Anzoategui
(1782-1847) quien había objetado el tener que hacerse cargo de los prisioneros fue
culpado de insubordinación y contumacia. Se le permitió embarcar en un navío británico.
Sabemos que su viuda Josefa Ruiz Moreno reclamó infructuosamente el título de
Guerrero de la Independencia.
El hombre en quien
David Jewett más confió fue el
Teniente Carnelia. Este último regresó
junto con una presa, la goleta estadounidense Ramper comandada por Tomas Feren. Acompañaron a Carnelia el Cabo 1º
Valerio Matute y los soldados Juan Castro y Francisco Ordoñez. La Ramper había zarpado el 1º de diciembre de 1820 de
Lima y se dirigía a Cádiz, fue capturada dado que transportaba mercadería de los realistas. Este hecho le dio pie
a John Murray Forbes para acusar nuevamente a Jewett.
Jewett transfirió su comando el 1º de febrero de 1821 a William Robert Mason quien más tare participara en la Guerra Cisplatina. Ese mismo año se conformó una corte marcial para todos los rebeldes que participaron del citado viaje.
Descripción del Teniente Coronel y
Comandante Guillermo Mason a bordo del buque cárcel San Sebastian.4
Bahía
de Lisboa, 19 de octubre de 1822
La Carlota y el schooner americano
fueron capturados durante el crucero anterior y bajo el mando del Coronel
Jewitt . La Carlota disparo una andanada sobre la Heroína , de resultas de la
cual cayeron heridos ocho hombres , cuatro de los cuales murieron casi
inmediatamente. Por las leyes de todos los beligerantes , y de acuerdo con las
ordenanzas de Buenos Ayres , este acto era suficiente para declararla buena
presa. El schooner americano , que se dice fue capturado por la Heroína ,
procedía de Lima y estaba destinado a Cadiz, donde conducía un cargamento en su
totalidad de propiedad española. El cargamento fue condenado por el Tribunal de
Presa de Buenos Ayres , que le declaró ¨buena presa¨
Campañas militares de David Jewett en
Brasil
David Jewett zarpó de
Buenos Ayres en su navío Maipú llegando a Río de Janeiro un mes después que
Don Pedro I declarara la independencia del Portugal. El Maipú era un navío de 284 toneladas con una
tripulación de 100 hombres y 18 cañones. Supo navegar con el nombre de Vicuña
con pabellón chileno hasta que fue capturado por fuerzas españolas.
Posteriormente fue capturado por la fragata Heroína
y consignado a un armador estadounidense llamado John A. Daniels. El
emperador mismo adquirió al Maipú y
lo rebautizó como corbeta Caboclo ofreciéndole
al mismo tiempo un puesto a David Jewett en la marina imperial.
David Jewett se alistó en la Marina Imperial Brasilera el 6 de octubre de 1822 con el rango de Capitão-de-Mar-e-Guerra (Capitán) e inmediatamente le fue dado el comando de la fragata União reemplazando así al Capitán Luiz da Cunha Moreira. David Jewett fue el primero que izó los colores patrios del Brasil.
El 22 de noviembre de
1822 Jewett tuvo su primera misión en la Marina Imperial Brasilera. Después de finalizar su misión Jewett retornó a puerto el 12 de
enero de 1823.El 4 de abril , Jewett formando parte de la escuadra de Cochrane
se vio involucrado en un combate contra las fuerzas portuguesas a las cuales
logró sacar de su pretendida emboscada.
El 12 de octubre de
1823, siendo comandante de la fragata Piranga (52 cañones), David Jewett fue
promovido a Jefe de División (Comodoro) hasta el 20 de diciembre.
Nota:
El embajador
portugués en Londres había realizado una hábil maniobra política al obtener de
Gran Bretaña la prohibición de que hubieran oficiales británicos sirviendo bajo
pabellón brasilero. Como resultado de esto, Taylor fue dado de baja quedando Jewett postulado como Jefe de División.
David Jewett fue posteriormente designado como comandante
del navío de guerra Pedro I (1600
toneladas, 74 cañones y 650 hombres) el 31 de agosto de 1825.
Nota:
Thomas Cochrane,
Décimo Conde de Dundonald (1831),
Marques de Maranhão, Gran Cruz de la Orden Imperial de Cruzeiro, Primer Almirante y Comandante en
Jefe de las fuerzas navales imperiales
del Brasil
El Consejo Militar
Superior de Justicia del Brasil ordenó el arresto de David Jewett en el navío Pedro I
por haber expulsado de su fragata al Sargento João Cabral
de Mello ( acusado de sodomía ) y por mal trato de los guardiamarinas y voluntarios
de abordo. Las autoridades imperiales designaron a
John Taylor de la Niterói como
reemplazo de Jewett. Cinco meses más
tarde fue absuelto por falta de evidencias por el mismo Emperador.
El 21 de agosto de
1824, David Jewett zarpó de Río de Janeiro al mando de una fuerza naval. Jewett arribó a Pernambuco el 10 de septiembre de 1824. Jewett tuvo que hacerse cargo de la totalidad de la escuadra y
brindarle su apoyo al Brigadier Brigadier Lima e Silva.
Jewett le ordenó a
las fragatas Piranga y Niterói que bombardearan las líneas
enemigas mientras las fuerzas imperiales capturaban Boa Vista. El día 14, Jewett bombardeó a los
rebeldes con un intenso fuego de artillería que cesó recién a las 10hs ante la
presencia del capitán Hunn de la fragata
británica Tweed. Este último,
actuando como mediador le presentó la rendición del Presidente
rebelde Manoel de Carvalho Paes de Andrade. Jewett se inclinaba hacia una tregua a la cual el General
Lima e Silva se oponía firmemente.
El 25 de septiembre
de 1824, Lord Cochrane regresó a Recife abordo del Pedro I y recibió 2 un reporte completo de Jewett. Lima e Silva
celebró la Victoria invitando a David Jewett a un Te Deum que se llevó a cabo
en la catedral de Olinda.
La victoria no le impidió a Jewett
señalar acciones que le parecían impropias de oficiales navales. Como resultado de esto el 8 de
octubre de 1824 elevó un informe al Ministro de Marina parte del cual decía lo
siguiente:
Lamento informarle que tres oficiales
abordos estaban tan entusiasmados por luchar por el honor de su Majestad
Imperial como por obtener beneficios propios. Cedieron a la avaricia pensando
que sus actos serían justificados por el apoyo que le dieron a sus superiores
en Maranãho. Se apartaron del elevado camino del honor el cual debe ser
obligatorio para cualquier oficial naval ó ciudadano que se considere digno de
servir a su Majestad Imperial protector de su pueblo y del honor del Imperio.
Por ende espero que su Excelencia, Consejero y Ministro conocidos por su correcto
sentido de la justicia tomen en cuenta este relato por el bien de su Majestad
Imperial y la gloria de sus fuerzas armas y apliquen este mismo celo para
castigar el vicio y proteger la virtud.
El 12 de noviembre de
1824, Cochrane después de su proclama a los habitantes de Itaqui designó a
Jewett como Jefe de las Fuerzas Navales a bordo del Pedro I según un documento
firmado por su secretario William Jackson. El 2
de diciembre, Jewett fue designado Jefe de División de la Marina Imperial y
General de las Fuerzas de la Provincia de Maranãho. David Jewett pudo detectar precozmente y abortar un ataque a los Cuarteles Generales del Palacio por parte del
Presidente Bruce cuya intención era asesinar a Lord Cochrane.
Las
principales campañas militares de David Jewett en el Imperio del Brasil
Casamiento de David Jewett
Siendo Almirante y
Comandante en Jefe Jewett fue enviado por el Emperador de Brasil a New York el 8 de julio de 1826 para
supervisar la construcción de dos fragatas para su gobierno .El 28 de noviembre
de ese año contrajo enlace con Eliza McTiers viuda de Henry McTiers quien había
fallecido por difteria el 11 de abril de 1823. Tuvieron un solo hijo, el
Reverendo Augustine David Lawrence Jewett, D.D. (1830-1880).
La Guerra Cisplatina ( 1825-1828 )
El 10 de abril de
1826, David Jewett fue designado como Segundo Comandante de la Marina Imperial
brasilera sustituyendo al contralmirante Diego de Brito quien había retornado
inesperadamente a Río de Janeiro por
problemas de salud. Dos días más tarde Jewett se declaró enfermo rehusando tomar parte en la guerra contra
las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Quizás podamos
aplicar aquí lo que von Hindenburg dijo muchos años después “ La lealtad constituye la médula del honor
“ ( Paul von Hindenburg -Out of my Life,
1920. ) y no hay dudas de que Jewett era un hombre de honor.
En julio de 1827,
Bernardino Rivadavia dejó la presidencia y cuatro meses más tarde David Jewett
fue designado Jefe de División de la Côrte de Leste.
David Jewett y el tráfico de esclavos
El 3 de noviembre de
1827 Jewett comandó una división cuya misión era doble: por un lado proteger el
comercio británico y por el otro evitar el tráfico de esclavos procedente de la
costa africana ( Costa do Leste ) . Esta misión concluyó el 12 de diciembre de
ese año.
Ultimas misiones de David Jewett
Jewett estuvo de
licencia en los EE.UU. desde el 13 de diciembre de 1828 hasta el 15 de agosto
de 1830. El 17 de septiembre de 1831 Jewett se desempeñó como Ministro de
Asuntos Comerciales del Imperio de Brasil. Según documentos navales brasileros,
David Jewett fue designado Comandante de la fragata Constituiçāo y comandante de Puerto el 14 de octubre de 1831
desembarcando el 18 de ese mes. Desde
esta ultima fecha hasta el 18 de noviembre de 1831 Jewett fue designado Inspector
Provisional del Arsenal de la Marina
Brasilera dejando el Comando de Puerto el 28 de febrero de 1832.
El 27 de junio de 1836 Jewett propuso sin éxito la construcción de un navío a vapor para la Marina Brasilera. David Jewett se retiró a los 64 años después de 14 años de una carrera brillante ingresando posteriormente a una orden religiosa.
Fallecimiento de David Jewett
David Jewett prefirió
pasar los últimos días de su vida en Río de Janeiro. Falleció el 26 de julio de
1842 a los 70 años de edad. Su querida esposa Eliza Mc Tiers falleció pocos
meses después. Jewett fue enterrado en el
Cementerio of São Fracisco de Paula
( fosa Nº 56 ) vestido en su uniforme de la marina brasilera. En 1850 el
cuerpo de Jewett y los restos de otros venerables sacerdotes de la Irmandade
dos Mínimos de São Fracisco de Paula fueron trasladados al nuevo Cementerio de
Cotumbí ( Río de Janeiro ).
Certificado de defunción de David
Jewett
Certificado de defunción emitido por el Cementerio de
São Fracisco de Paula- Río de
Janeiro- Brasil
‘El 27 de julio de 1842,nos traen en un
ataúd y vestido en uniforme a nuestro hermano David Jewett Jefe de División el
cual nos es recomendado por nuestro Reverendo Jefe y otros sacerdotes.
Concurren otros asistentes al entierro. Se encuentra enterrado en la tumba Nº
56.
Descendientes de David Jewett
El Sr. Dave Jewett,
con quien tengo una amistad de varios años, tiene 82 años y esta jubilado hace 20 años de
la industria del seguro. Se encargaba de redactar las pólizas para conductores
de alto riesgo. Actualmente vive en Willow Ranch, Sunnyvale, California. Esta
casado con Josie (75). Tuvieron un hijo Larry, quien con su esposa Pam tuvieron
a las mellizas Nicole y Michelle y una hija Heather casada con David y padres
de dos adolescentes.
El árbol genealógico
de su familia que lo vincula al Almirante David Jewett fue publicado
oportunamente por The Society of
Mayflower Descendants.7,8,9
El Sr. Dave Jewett y el
cuadro de su ancestro el Almirante David Jewett.
El cuadro es una copia del original existente en The Rowley Public Library
de Massachusetts
Foto tomada en 2014 cuando se mudó de Washington para vivir cerca de su hija.(Gentileza de Dave Jewett)
Palabras
finales
Quien se tome la molestia de leer con profundidad la vida completa de David Jewett se dará cuenta de que sin duda era un hombre de honor 1. Aparte de su experiencia como Comandante de la Armada de EE.UU. desde el 6 de abril de 1779 hasta el 3 de junio de 1801 fue considerado un heroe por la Armada Argentina y Brasilera. En el 2007, autores británicos intentaron infructuosamente de rescribir la historia de las islas Malvinas 6 con la consiguiente respuesta por parte de afamados académicos argentinos 3. Dejaré este tema histórico en manos de los expertos.
No obstante, me veo en la obligación de señalar algunos hechos pues involucran el honor de un oficial naval. Ciertos autores británicos se apoyan en tres puntos para denigrar la vida del Almirante Jewett.
La primera es rotularlo de pirata en vez de corsario por los eventos acaecidos con la fragata portuguesa Carlota y la fragata estadounidense Ramper. Ya hemos visto las circunstancias de la fragata Carlota según la descripción del Teniente Coronel y Comandante Guillermo Mason (marino argentino de origen inglés que sucedió a Jewett) que lo obligaran a actuar de esa manera.
En lo referente a la goleta estadounidense Ramper, comandada por Tomas Feren, la misma había zarpado el 1º de diciembre de 1820 de Lima y se dirigía a Cádiz, transportando mercadería de los realistas. Su captura ciertamente no fue un acto de desesperación. Fue denunciado como un acto irregular nada menos que por John Murray Forbes.
¿Por qué los autores británicos señalan este punto? Sencillamente porque un anuncio (mantenido en secreto) por un pirata pondría en duda la validez del reclamo territorial.
La segunda es que según refieren que no
existe una constancia escrita de que Jewett recibiera indicaciones especiales
de tomar posesión de las islas. Tampoco
se puede demostrar que no las haya recibido verbalmente. Jewett escribió
que las islas nos pertenecían por ley
natural.
Tercero: Que la toma de posesión de las
islas haya sido publicada por el Argos
recién en 1821 es algo totalmente
irrelevante. Que Buenos Ayres no haya hecho el
anuncio oficial no le quita validez y
que Gran Bretaña no tuviera en esos
momentos los canales adecuados para una reacción es un argumento pueril.
Quiero hacer notar otros puntos:
Los autores británicos describen la zarpada de Jewett el 21 de marzo de 1820 en busca de victimas españolas. Los navíos de guerra españoles (como la fragata Santander) no eran precisamente víctimas.
2. Describen despectivamente que Jewett vegetó en Malvinas cuando en realidad
estaba tratando de recuperar su tripulación seriamente afectada de escorbuto,
hecho que fue descripto hasta por el propio Capitán James Weddell quien tuvo en todo momento una honorable
actitud.
Escorbuto- Admiralty Library-Naval Historical Branch-BBC
News Mundo
https://www.bbc.com/mundo/noticias-37552593
En
este Asunto Inconcluso 5 , la familia Jewett puede estar muy orgullosa de su
ancestro quien despierta los mayores sentimientos de gratitud y respeto en Sud
America.
Bibliografía
1-Gerding, Eduardo C.-La saga de David
Jewett-Instituto de Publicaciones
Navales, 2006. Publicado en inglés como The
Quest of David Jewett (Bookends,232 E. Ridgewood Ave. Ridgewood
NJ).Seleccionado en el Simposio de Historia Naval de 2007 llevado a cabo en la Academia Naval de EE.UU. (Annapolis, Maryland).
2-Invasión lusobrasileña (28 de agosto
de 1816 al 22 de enero de 1820)-Wikipedia.
3-Kohen, Marcelo Gustavo Profesor,
Rodriguez, Facundo Daniel-The Malvinas/Falklands between history and law:
Refutation of the British pamphlet : Getting it right: The real history of the
Falklands/Malvinas .
https://www.amazon.com/-/es/Prof-Marcelo-Gustavo-Kohen/dp/1973746476
4-Lima González Bonorino, Jorge F. –La
Fragata La Heroína. Buque corsario al
servicio del gobierno de las Provincias Unidas de Sud America. Revista Cruz de Sur, Número 27, Especial
Año VIII, 9 de marzo de 2018.
5-McGuirk, Bernard-Falklands-Malvinas: An
unfinished business.
https://www.amazon.com/-/es/Bernard-McGuirk-ebook/dp/B086JQ9FV7
6-Pascoe Graham , Pepper, Peter-Getting
it right: the real history of the Falklands/Malvinas. A reply to the Argentine
seminar of 3 December 2007, 2008.
https://www.yumpu.com/en/document/view/30389623/getting-it-right
7-Society of Mayflower
descendants-Application for Membership-George
Thomas Lawrence Jewett.
8-The Jewett family-Year book of
1911-Published by The Jewett family of
America, Rowley, Massachussetts.
https://www.jewett.org/jfa_backissues/jfa_yearbook_1911.pdf
9-Winkler, Dave, PhD-Staff Historian-Naval Historical Foundation, USA (Comunicación personal).